Opinión
Ver día anteriorLunes 11 de febrero de 2019Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Toros
Lo mexicano no tiene fin
U

n resfriado noqueador me impidió asistir a la corrida que daba por terminada la temporada. No fue tan fácil porque a las ocho de la noche proseguía el regalo de toros. A ese paso se van a vaciar las ganaderías de machos; sólo quedarán las vacas cantando y bailando. En el recuerdo las corridas de aniversario y en especial el último toro de los Encinos que mucho me gustó. Toro con bravura excepcional que lamía con el hocico el dulce del redondel.

Jose Bergamin y su arte de birlibirloque que sabe que en toda acción y obra del hombre, Dios pone siempre la mitad o no la pone y tiene que ponerla el diablo.

Es frecuente en gran parte de Andalucía y llamarle duende a un cierto sentido del misterio que ofrece singular significación. Una cosa tiene misterio, tiene duende, en el andaluz cuando parece que se mueve algo, es más que alma o espiritualidad indefinible, algo que le presta un no se qué extraño y estremecedor de oculto, de profundo y a la par inasible.

Federico García Lorca tiene ese espritillo sutil, misterio escondido que diría Don Miguel Cervantes y lo escribió en su novela la Gitanilla: “ese extrañísimo estremecimiento. Misterio de índole singular, que tiene para los Andaluces en el cante, en el baile, en el toreo ese famoso ‘no se qué’ que se le añade y trasciende las virtudes de cada una de esas artes que son el toreo el cante y el baile andaluces”.

Misterio indefinible no sólo la gracia, aunque cuente con ella como colaboradora, no es la inspiración o la musa o el ángel que dijo el poeta granadino.

El cantaor Manuel Torres decía que el cante o el toreo o el baile no es bueno ni malo de por sí, sino por el gusanillo que se mete dentro. Al paso que vamos el duende mexicano no va a terminar con la temporada de corridas.

Para terminar quiero agradecerle al cronista inigualable Heriberto Murrieta sus cariñosos comentarios en que me incluye con la compañera de toda mi vida.

¿Quién ganaría la oreja de oro?