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Hoy en día los mejores directores de cine son mexicanos, considera el realizador Fatih Akin

En la Berlinale presentó película de terror basada en un asesino serial en los años 70

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▲ El cineasta alemán de origen turco durante la conferencia con los medios en el Festival Internacional de Cine Alemán.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Domingo 10 de febrero de 2019, p. 5

Berlín. Fatih Akin es una especie de figura de culto en Alemania. La participación del director alemán de ascendencia turca (Hamburgo, 1973) con una película de terror en la carrera por el Oso de Oro es tal vez lo que mayor expectativa ha generado en esta edición del festival de cine de Berlín.

Der goldene Handschuh (El guante dorado) se presentó ayer provocando tumultos de prensa y que se programaran proyecciones adicionales. El título del filme alude al nombre de un bar en el barrio de San Pauli en Hamburgo, donde se encuentra una de las zonas rojas más famosas de Europa. Esta especie de cantina, que atiende desde principios de los años 50 es el escenario que Akin recreó para llevar a la pantalla un filme de terror basado en la novela homónima del alemán Heinz Strunk y que se convirtió en éxito de ventas en el país.

La historia está basada en hechos reales. En 1975 causó conmoción la historia de Fritz Honka, asesino en serie que descuartizaba a sus víctimas –todas, sexoservidoras asiduas al mencionado bar– y guardaba algunas partes de sus cuerpos en avanzado estado de descomposición dentro de su vivienda.

La caracterización del asesino, una especie de Cuasimodo, corrió a cargo del joven actor Jonas Dassler, promesa del cine alemán que prácticamente es irreconocible en la vida real; su trabajo en la cinta de Akin lo posiciona como fuerte candidato para llevarse el Oso de Plata a mejor actor.

Con la intención de recrear físicamente lo más parecido posible al personaje de la vida real, Dassler se sometió a complejas sesiones de maquillaje, debió cargar una pesada máscara y lograr un efecto real de estrabismo mediante lentes de contacto, por ejemplo.

Los personajes femeninos de Fatih Akin son figuras patéticas, alcoholizadas y envejecidas, cuyo común denominador con el victimario pareciera ser una especie de lastre de las sociedades industrializadas que crea espacios para todos aquellos marginados que por una u otra razón no tienen lugar en un mundo de bienestar.

Sin agrandar la violencia

No obstante lo oscuro de las figuras que muestra en su trabajo, en conferencia de prensa Akin dijo haber intentado que los personajes conservaran un mínimo de dignidad, “incluso el mismo Fritz Honka; las escenas de violencia, aunque son crudas, trato de proyectarlas de manera que no parezca que se prepondera esa violencia. De hecho, creo que las raíces de haberme convertido en director de cine están en que cuando tenía ocho años vi una película de terror que me asustó tanto, que recuerdo que al ver los créditos –al final de la proyección– y leer tantos nombres me hice consciente de que era mucha gente la que tenía que ver con la película”.

Akin ha logrado colocarse en la escena internacional siendo reconocido mundialmente como cineasta con un lenguaje único. Regresa a la Berlinale después de haber ganado el Oso de Oro en 2004 con Contra la pared, éxito que impulsó su carrera. En 2007 obtuvo en Cannes reconocimiento al mejor guión con Al otro lado, habiendo trabajado con el mexicano Guillermo Arriaga –a quien considera un hermano– como asesor para instruirse en la elaboración del trabajo narrativo en el que los tiempos se traslapan. En 2017 ganó el Globo de Oro por la cinta En la penumbra.

En conferencia de prensa, Fatih Akin declaró: Hoy día los mejores directores de cine del mundo son mexicanos: Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu.

En 2017 el Festival Internacional de Cine de Guanajuato otorgó a Akin el Mayahuel internacional en reconocimiento a su trayectoria.