México ha mantenido contactos de alto nivel con las partes involucradas en Venezuela, tanto con el gobierno de Nicolás Maduro como con la oposición encabezada por Juan Guaidó, confirmó Roberto Velasco, portavoz de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE).

Detalló que con el gobierno del presidente Nicolás Maduro se ha tenido contacto a través de la embajada venezolana y la Subsecretaría de América Latina y el Caribe.

Mientras, con el opositor Juan Guaidó, el trato se ha llevado a cabo a través del Grupo de Lima, integrada por países miembro de la Organización de Estados Americanos.

El subsecretario para América Latina y el Caribe, Maximiliano Reyes, reiteró en una columna de opinión para el New York Times que la convicción del gobierno mexicano es por el diálogo.

Ello en un contexto en el que Guaidó pidió –por medio de una carta– a México y Uruguay unirse a su proyecto. El jefe de la Asamblea Nacional y autoproclamado presidente de Venezuela advirtió que no participará de un diálogo que busque mantener a violadores de derechos humanos en el poder. Reiteró que está interesado en una negociación que acuerde el cese de la usurpación de Nicolás Maduro.

En un contexto de violencia, tensiones y retórica incendiaria, pensamos que la diplomacia es la mejor alternativa para evitar el conflicto y construir una paz democrática en Venezuela, insistió Reyes.

Sobre la convocatoria que México y Uruguay lanzaron para invitar a otras naciones y organizaciones multilaterales el próximo 7 de febrero en Montevideo, expresó que lleva por objetivo materializar el diálogo.

Esperamos que este esfuerzo sea acompañado por más naciones y avanzar en conjunto para llegar a una resolución pacífica a la actual disputa en Venezuela. Mientras mayor respaldo internacional tengamos, esta misión diplomática aumentará sus posibilidades de éxito, publicó el subsecretario.

Expuso que México optó por la diplomacia, pues lejos de ser un instrumento anacrónico, nuestra arquitectura constitucional provee un esquema vigente sobre cómo actuar en Venezuela: no intervención, solución pacífica de controversias, proscripción de la amenaza o el uso de la fuerza, promoción de los derechos humanos y la lucha por la paz y la seguridad internacionales.