15 de diciembre de 2018     Número 135

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Uruguay

Aprender junto a la naturaleza

Beatriz Bellenda [email protected] Santiago Caggiani, Stella Faroppa
Coordinación del phce, Departamento de Sistemas Ambientales, Facultad de Agronomía, Universidad de la República, Uruguay


Cosecha de apio en la huerta del Liceo Joaquín Torres García. FOTO: Ana Díaz Souza

Desde el año 2005, el Programa Huertas en Centros Educativos (phce) se desarrolla mediante un acuerdo entre diversas instituciones estatales y la universidad, coordinado por la Facultad de Agronomía, en centros educativos y espacios de inclusión social ubicados en zonas urbanas del sur de Uruguay. Su objetivo es promover un cambio cultural hacia una nueva forma de dignificar a las personas en relación con la naturaleza, contribuyendo a múltiples aprendizajes, al desarrollo de prácticas agroecológicas, de hábitos de alimentación saludable y de educación ambiental.

El phce se basa en la instalación y docencia de huertas agroecológicas con niñxs, jóvenes, vecinxs y personas en condiciones de vulnerabilidad socioambiental. La tarea es llevada adelante por talleristas que planifican las actividades junto con docentes y actores locales, en función de objetivos compartidos.

Los resultados de las evaluaciones señalan que en las escuelas primarias la huerta contribuye al aprendizaje de las ciencias, la formación en valores, el trabajo en equipo y revaloriza el trabajo manual. Asimismo, aporta al rescate de saberes de abuelos y padres, favoreciendo vínculos familiares a partir de la tarea compartida.

Para la universidad, constituye una oportunidad de formar a sus estudiantes, articular acciones entre diversas ramas de la enseñanza, generar conocimiento y extender la agroecología en la comunidad.

El equipo docente del phce es hoy un referente en agroecología urbana, interactuando con diferentes colectivos. Se atienden demandas desde espacios educativos, comunidades rurales, otros servicios universitarios, centros barriales y policlínicas, sobre la base de contribuir a mitigar situaciones de riesgo ambiental, inseguridad alimentaria o exclusión a través de acciones locales. El equipo también desarrolla cursos y pasantías interdisciplinarias para el público en general, estudiantes de grado y posgrado, así como personas privadas de la libertad.

La biodiversidad, el reciclado y el aumento de la materia orgánica del suelo son los principios agroecológicos centrales de la propuesta técnica, que orienta las acciones de educación ambiental. Como resultado de estas actividades, el phce obtuvo el Premio Nacional Ambiental 2013 con el proyecto: “De residuo a nutriente”, que transforma los residuos orgánicos de las escuelas en composta para cultivar alimentos.

Las maestras consideran muy satisfactorio el aporte de la huerta escolar a los logros académicos, pues además de desarrollar confianza y autovaloración en lxs niñxs, contribuye a la comprensión de conceptos en todas las áreas del conocimiento.


El crecimiento vegetal en el huerto de la Escuela Alfredo Zitarrosa. FOTO: Javier López

Asimismo, la práctica de la huerta llega a los hogares a partir de la experiencia escolar, por lo cual las familias de niñxs participantes valoran positivamente al phce: entre 30 y 57% de ellas sostienen que lxs niñxs consumen más hortalizas, y 38% señalan que cultivan en el hogar algún alimento, a partir de la participación de sus hijxs en la huerta escolar.

En 2016 el Programa comenzó a trabajar con el Ministerio de Desarrollo Social para promover huertas junto a familias con niñxs en primera infancia, a través del proyecto Uruguay crece y cultiva contigo”, en intervenciones realizadas en espacios barriales y en una cárcel que aloja a mujeres con sus hijxs. A su vez, el proyecto “Planto y Aprendo (PyA) surgió en el marco de los Módulos Socio-Educativos del Ministerio de Educación y Cultura, que apuntan a “promover el desarrollo de habilidades transversales, cognitivas, emocionales y sociales de los estudiantes, mediante formatos curriculares flexibles e interdisciplinarios”, que buscan mejorar la experiencia de los egresados de la educación media.

Planto y Aprendo promueve el desarrollo de habilidades y conocimientos desde lo vivencial, a través del diseño, manejo y disfrute de un sistema vivo que produce alimentos: la huerta. Se desarrolla en 19 liceos del sur del país.

En 2018 comenzó un trabajo junto a maestras rurales y estudiantes de los institutos normales, contribuyendo tanto a su formación en agroecología y como a las construcciones didácticas desarrolladas desde la huerta, con muy buena evaluación de los participantes.

Anualmente participan en el phce 5,000 niñxs, 600 jóvenes, 250 maestras, 60 profesores, más de 100 vecinxs, 50 pasantes universitarios, 100 normalistas, 30 personas privadas de libertad y más de 30 organizaciones barriales.

Creemos que en estos años la agroecología urbana impulsada desde la universidad habilitó el trabajo con distintos actores sociales en un plano de equidad, con un abordaje interdisciplinario e interinstitucional y como articulador de las funciones universitarias, resultando una oportunidad para compartir saberes, formar estudiantes y generar conocimiento. A través del diálogo con la sociedad, estas actividades permiten trabajar en la promoción de aprendizajes, la mejora de la seguridad alimentaria y nutricional, el cuidado del ambiente urbano, la incorporación de vegetales en la dieta de las personas, el fortalecimiento de redes comunitarias y la formación integral de futuros profesionales.

Se espera que estas experiencias contribuyan al Plan Nacional de Agroecología, actualmente con media aprobación en el Parlamento Nacional, en momentos en que la educación, la salud y el bienestar social de las grandes mayorías necesitan de herramientas creativas para revertir procesos de exclusión, de inseguridad alimentaria y nutricional y de deterioro ambiental.

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