Desde la recepción de guatemaltecos en la década de los 80, México no había tenido un nivel de solicitudes de refugio como ahora: alrededor de 26 mil al cierre de 2018.

Sin embargo, este cúmulo –acompañado también del paso de caravanas de migrantes procedentes de Centroamérica– no es el mayor problema para su atención, sino el rezago histórico de 22 mil expedientes.

Al empezar el sexenio pasado, la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) recibió mil 296 peticiones de apoyo por parte de extranjeros; un año después se sumaron 2 mil 137. Pero de enero a agosto de 2018 el acumulado era de 14 mil 544 solicitudes (principalmente de hondureños, guatemaltecos y venezolanos); luego, desde el 19 de octubre pasado, vino la caravana de centroamericanos, de la que se han sumado 3 mil 700 requerimientos de protección.

Acorde con el titular de la Comar, Andrés Ramírez, esta cifra cerrará el año en 26 mil, en medio de una crisis financiera de esta oficina que tiene apenas 60 trabajadores y tres oficinas para todo el país.

Subrayó que la caravana migrante ha aportado alrededor de 12 por ciento de las solicitudes de este año, por lo que el problema va más allá de esta coyuntura.

Tenemos del orden de 22 mil rezagos a finales del año pasado, y este año más de 26 mil personas han solicitado la condición de refugiado. Entonces, la situación es complicada, subrayó.