Caracas. Los gobiernos de Venezuela y Rusia calificaron este martes de cínica e inapropiada la crítica de Estados Unidos por el arribo de dos bombarderos rusos Tu-160 al aeropuerto de Maiquetía, ubicado en las afueras de esta capital, para el desarrollo de ejercicios militares.

Mike Pompeo, secretario de Estado de Estados Unidos, condenó en un tuit el despliegue en Venezuela de los Tu-160, que tienen capacidad para transportar misiles crucero con ojivas nucleares en un radio de 5 mil 500 kilómetros. Los rusos y los venezolanos deberían ver esto como lo que es, dos gobiernos corruptos malgastando fondos públicos y reprimiendo la libertad mientras sus pueblos sufren.

La reacción de Pompeo no es sólo irrespetuosa, es cínica: Estados Unidos poseé al menos 800 bases militares (conocidas) en 70 países. Hoy, 75 de los 107 programas de Washington para cooperación en seguridad operan en América Latina, replicó en otro tuit el canciller venezolano, Jorge Arreaza.

Añadió que resulta insólito que el gobierno de Estados Unidos cuestione nuestro derecho soberano a la cooperación en materia de defensa y seguridad con otros países, cuando (el presidente estadunidense) Donald Trump nos amenazó públicamente con una intervención militar. Si quieren cooperar, levanten sus sanciones contra Venezuela.

Cinco días después de un encuentro en Moscú entre los presidentes de Venezuela, Nicolás Maduro, y de Rusia, Vladimir Putin, el ministro de Defensa del país sudamericano, Vladimir Padrino, recibió el pasado lunes los dos Tu-160, un avión de transporte An-124, una aeronave de pasajeros Il-62 y a una amplia delegación técnico-castrense rusa en el aeropuerto internacional Simón Bolívar, de Maiquetía.

Padrino explicó que el ejercicio tiene como objetivo elevar el nivel de interoperabilidad de los sistemas de defensa aeroespacial de Rusia y Venezuela. Sostuvo que este despliegue se enmarca en la cooperación entre ambos países, pero no especificó si ésta incluía armamento militar ni cuánto tiempo permanecerá el equipo ruso en el país.

Maduro afirmó el pasado domingo que Washington, que lo tacha de dictador, puso en marcha un plan para derrocarlo con apoyo de Colombia. Se trata del décimo tercer complot denunciado por Caracas desde 2013. El mandatario fue blanco de un intento de asesinato el pasado 4 de agosto y acusó a la oposición venezolana y a los gobiernos colombiano y estadunidense de haberlo planeado.

En tanto, el ministro de Defensa de Colombia, Guillermo Botero, aseguró a la cadena W Radio que no se dejará provocar por los ejercicios de defensa entre Venezuela y Rusia.

En Moscú, Dmitry Peskov, vocero del Kremlin, rechazó los comentarios de Pompeo: No es muy apropiado para un país hacer este tipo de comentarios, cuando la mitad de su presupuesto de defensa podría alimentar toda África.

Venezuela ha comprado a Rusia más de 4 mil millones de dólares en armas desde 2005, que incluyen helicópteros artillados MI-24, cazas Sukoi y 100 mil fusiles Kalashnikov, lo que Estados Unidos consideró un plan para alimentar una carrera armamentista en la región.

El Tu-160, conocido como Cisne blanco, fue usado en la campaña rusa en Siria, donde se lanzaron misiles crucero Kh-101 armados con ojivas convencionales por primera vez en combate.

Los anteriores ejercicios militares entre las dos naciones se dieron hace 10 años en la operación Venrus 2008, en la que participaron unos 2 mil militares que hicieron maniobras navales en territorio venezolano. En septiembre pasado las autoridades militares de la república bolivariana adelantaron que Rusia se incorporaría a operaciones especiales para prestar apoyo en el adiestramiento de la fuerza aérea del país sudamericano.