La nueva administración se enfrentará a una inflación que se encuentra fuera de la meta del Banco de México (BdeM), pero la situación se puede complicar si la depreciación del peso continua ante la volatilidad de los mercados, lo cual implicaría la aplicación de una política monetaria restrictiva, advirtió el Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico (IDIC).

Consideró que la tarea de las nuevas autoridades que entrarán en funciones a partir del primero de diciembre es reconstruir el sistema económico de México, enfocándose en incrementar la productividad y fortalecer lo producido en el país, pues solo así se puede mantener la senda de crecimiento sin que ello se traduzca en inflación, particularmente cuando la política fiscal elimina los beneficios que recibe la economía.

Aplicar una política restrictiva solo tendrá efecto a corto plazo e inhibir el desarrollo, aseguró.

El IDIC recordó que el problema de la inflación, que se encuentra fuera del objetivo del BdeM (3 por ciento +/- un punto porcentual), se originó con la política fiscal implementada en la actual administración, que provocó un cambio estructural en el comportamiento de los precios, tanto del consumidor, como del productor, de tal forma que todo el sistema económico se vio afectado por un incremento en la inflación.

Indicó que la liberalización del precio de las gasolinas y los combustibles, y la volatilidad en el precio de la electricidad y el gas, han provocado que la política monetaria del BdeM se haya visto rebasada por la presión del sistema de precios.

Además, la depreciación del peso frente al dólar hizo que la inflación se haya ubicado fuera del objetivo de la política monetaria y repercutido en un incremento en las tasas de interés.

Comentó que a pesar de que el BdeM tomó una medida prudente para evitar una mayor afectación a la inversión y el crecimiento económico, el resultado es modesto, pues la inversión muestra una desaceleración y la economía sólo ha crecido 2.2 por ciento.

Destacó que si bien en octubre pasado la inflación al consumidor disminuyó (4.9 por ciento), en comparación a la cifra de septiembre (5.02 por ciento), el factor que inhibe que a corto plazo se pueda alcanzar el mandato del BdeM es la inflación no subyacente, pues los precios crecieron 8.5 por ciento en octubre.

Explicó que los dos factores que exacerban lo anterior es la baja productividad y la presión inflacionaria derivada del tipo cambiario.

Afirmó que la productividad no se ha constituido en un pilar que permita alcanzar mayores niveles de crecimiento sin que ello implique presiones inflacionarias, pues entre entre 2006 y hasta el segundo trimestre de 2018, el promedio de crecimiento anual de la productividad laboral de la economía fue de únicamente 0.3 por ciento.

El IDIC explicó que la depreciación del peso repercute en el aumento en los costos de las importaciones, lo cual impacta negativamente sobre los costos de los productores y el consumidor.

México es una economía que tiene un déficit comercial y de servicios estructural, por lo que la pérdida de fuerza del peso frente al dólar implica un impacto directo sobre el sistema de precios, expresó.

Ejemplificó que el país importa más de 320 mil millones de dólares de insumos intermedios y si bien se recupera una parte en la exportación, en términos netos, México termina pagando más por las importaciones que realiza, debido al déficit de bienes y servicios de la economía de alrededor de 45 mil millones de dólares.