El mexicano Jonathan Paredes no salió en su día y un error le costó la medalla para terminar en la séptima posición en la Copa del Mundo de Clavados de Altura en Abu Dhabi, que conquistó por tercera vez el británico Gary Hunt.

Paredes falló un lance final de cuatro saltos mortales de una y media vuelta que fue penalizado por los jueces con calificaciones de 3.5 a 5.0 en la cuarta ronda que lo sacó del podio luego de haberse clasificado a la final liderando la prueba de 27 metros.

Hunt, el monarca defensor, realizó a la perfección su clásico clavado, el triple quad (un salto de tres en tres con cuatro giros) que le dio el oro al totalizar 431.55 puntos, por los 344.15 del mexicano.

La medalla de plata quedó en poder del rumano Constan-tin Popovici con 424.65, segui-do del ucraniano Olesksiy Prygorov, 392.30.

No hay excusas. No sé que sucedió. Me sentía bien, pero desafortunadamente el ritmo se rompió durante el periodo de entrenamiento debido al fuerte viento. Me afectó más que a los demás. Es muy triste, declaró el mexicano.

Promete que buscará conseguir mi revancha en (el Mundial de) Corea (del Sur) y finalmente obtener una medalla allí. Es posible, y mi primer día en esta competencia, demostré que puedo hacerlo.

El otro par de mexicanos, Sergio Guzmán y Diego Rizo finalizaron en los lugares 18 y 20, respectivamente.

En la rama femenina y ante la ausencia de la mexicana Adriana Jiménez por lesión en la espalda y defensora de la corona, la australiana Rhiannan Iffland (322.95) se proclamó monarca en la prueba de 20 metros. Lysanne Richards (285.75) y la estadunidense Ellie Smart (277.70), ganaron plata y bronce, donde la nacional Valeria Valdez (151.50) concluyó en el duodécimo sitio.

Por su parte, la nadadora Liliana Ibáñez se adjudicó su heat en 200 metros libre con 1.57.07 minutos para quedar en el lu-gar 11 general entre 47 competidoras y a tres puestos de calificar a la final, donde la sueca Sara Sjostrom (1.55.15) sumó otra dorada en la Copa del Mundo de Curso Corto en Tokio.

La mexicana le dio el crédito al estadunidense Steve Bultman por el tiempo que hizo; pero más feliz con la manera de nadarlo, mi entrenador puso la estrategia y yo sólo le puse corazón hasta tocar la pared.