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Publican el primer atisbo editorial sobre José Hernández Delgadillo

A 18 años de su muerte, hurgan en el arte y la militancia del muralista, informa su hijo Francisco Hernández

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Conciliábulo y lucha, 1993, acrílico/tela-mural transportable de José Hernández Delgadillo (1928-2000)Foto Eduardo Bezaury Creel y Francisco Segura/cortesía Francisco Hernández Zamora
 
Periódico La Jornada
Miércoles 17 de octubre de 2018, p. 3

A 18 de la muerte del muralista José Hernández Delgadillo (1928-2000), se publica un libro que recopila parte de su acervo documental, de sus notas autobiográficas a sus ponencias en coloquios de arte, así como las columnas de opinión que difundió en la prensa, entre otros materiales.

Es un primer acercamiento al artista ‘‘agitador de México” –como lo llamó el investigador estadunidense Alan Barnett–, que propone abrir líneas de investigación sobre la vida y obra del autor, sobre todo de su trayectoria política.

Así lo explica su hijo, Francisco Hernández Zamora, quien coordinó esa iniciativa editorial auspiciada por las secretarías de Cultura federal y del estado de Hidalgo y la Fundación Cultural José Hernández Delgadillo AC.

En entrevista con La Jornada, sostiene que Delgadillo (así firmaba el muralista) fue ‘‘un artista totalmente de izquierda, radical. Su militancia la dirigió hacia las luchas populares de obreros, campesinos, colonos y estudiantes en todo el país, aprovechando la reactivación de los movimientos populares derivados del 68. Estuvo en la resistencia, porque ahí estaban las personas, el pueblo que tanto respetaba y quería”.

En el libro José Hernández Delgadillo 1928-2000: muralista mexicano y activista político revolucionario se incluyen notas periodísticas alusivas a su quehacer y sus proyectos; por ejemplo, se aprecian los bocetos de las obras que se instalarían en las tres primeras líneas del Sistema de Transporte Colectivo Metro construidas en los años 60 del siglo pasado, lo cual finalmente no ocurrió.

El muralista, añade su hijo, coordinó colectivos de artistas para impulsar varias iniciativas en aras de forjar una mirada nacional popular.

‘‘Entre 1966 y 1967 le ofrecieron el proyecto de realizar obras para el naciente Metro, pero él respondió que mejor coordinaría al equipo de artistas y entre todos hacer las propuestas. Siempre fue muy consciente de que el trabajo artístico es en colectivo, porque la responsabilidad es con la sociedad y con la historia.

‘‘Le respondieron que no habría dinero para pagar a los autores, y Delgadillo dijo que no había problema, que recuperarían la tradición de los muralistas fundadores, que lo harían sin cobrar. Trabajó en las maquetas y planos de una gran cantidad de murales, relieves y vitrales. Finalmente el proyecto se cayó”, recuerda Hernández Zamora.

En los colectivos que coordinó para otras iniciativas, por ejemplo para el edificio del actual Instituto Nacional de Pediatría, Delgadillo no sólo invitó a artistas consagrados, sinotambién a jóvenes pintores, ‘‘e incluso a los rechazados de La Esmeralda, que, por cierto, al año siguiente ingresaron a esa escuela.

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▲ El artista José Hernández Delgadillo en pleno quehacer creativo, en 1989.Foto Eduardo Bezaury Creel y Francisco
Segura/cortesía Francisco Hernández Zamora

‘‘Por eso, este libro sirve también para apuntalar el concepto de muralismo de lucha popular, pues eso es lo que distingue a Delgadillo.”

Presentan libro

Delgadillo fue secretario de Cultura del partido político Movimiento Revolucionario del Pueblo, integrante del consejo directivo del Salón de la Plástica Mexicana, uno de los fundadores del Consejo Mundial de Artistas Visuales, fundador de los partidos Mexicano Socialista y de la Revolución Democrática, organizador del homenaje a José Clemente Orozco en su centenario natal y del Encuentro Mundial de Arte Público y Muralismo.

Creó más de 170 murales, pues ‘‘tan sólo de lucha popular tenemos contabilizados 150”, detalla su hijo; ‘‘ese es el eje de su producción. Es obra que está en normales rurales, universidades o que acompañaron la toma de tierras por campesinos en Zacatecas, San Luis Potosí, o huelgas de obreros en Naucalpan, Cuernavaca y la Ciudad de México.

‘‘Hay tres piezas que son icónicas: dos son propiedad del hotel Hacienda de Cortés, ubicado en Jiutepec, Morelos: el primero mire 7 por 9 metros, es de 1989; y hay otro de 1975, modular, de 12 paneles de 2 por 3 metros cada uno; se llama Opresión, represión, revolución, concebido para colocarse en un salón, pues se para solo, con la finalidad de apreciarlo rodeándolo, para hacer una lectura abierta de la historia.

‘‘Hay otro mural transportable que, vergonzosamente, no hemos podido colocar en un espacio público. Hicimos la propuesta a Andrés Manuel López Obrador, cuando fue jefe de Gobierno de la Ciudad de México, de entregarle la obra siempre y cuando se diera un apoyo económico para mi madre, la artista Beatriz Zamora, que en ese entonces pasaba por un momento bastante desesperado. Al final nada logramos. El mural sigue enrollado.

‘‘Esa y algunas obras más de Delgadillo son murales en busca de muros. Es una asignatura pendiente y ahí están para quien lo solicite. Esperamos que pronto se exhiban”, concluye Francisco Hernández.

El libro José Hernández... será presentado hoy a las 13 horas en la Universidad Iberoamericana (Prolongación Paseo de la Reforma 880, Lomas de Santa Fe). Participan María Teresa Naranjo, Alberto Híjar, Benito Balam y Francisco Hernández Zamora. Entrada libre.