Madrid. La fractura en el independentismo catalán ya se hizo patente en el Parlamento, donde tenían garantizada la mayoría. El voto de los diputados presos o fugados es el origen de la controversia entre las formaciones nacionalistas Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat), que se habían comprometido a garantizar la estabilidad del gobierno hasta que se conozca la sentencia del Tribunal Supremo contra los 23 líderes independentistas procesados por rebelión, malversación y desobediencia.

La crisis empezó a fraguarse hace unos días. JxCat y ERC acordaron rechazar la suspensión de los seis diputados procesados, aunque haciendo al mismo tiempo que éstos designaran un sustituto y salvaran así la mayoría separatista en la cámara regional. Pero poco después, JxCat cambió de postura y consideró que era suficiente con que sus cuatro diputados suspendidos delegaran el voto, como habían hecho hasta entonces. ERC, sin embargo, se alineó ayer con el Partido Socialista de Cataluña y rechazó la posición de sus socios, lo que llevó a la Mesa del Parlamento (órgano de gobierno de la Cámara) a rechazar que los parlamentarios suspendidos puedan delegar el voto. Los cuatro diputados de JxCat, entre quienes s encuentra Carles Puigdemont, emitieron un comunicado en el que confirmaron que no designarán un sustituto.

Esta diferencia de criterio provocó que la mayoría independentista perdiera cuatro votos.

El presidente del Parlamento, Roger Torrent, quien es también dirigente de ERC, anunció que no reconocerá está fórmula.

Con esta fractura el independentismo queda en minoría en el Parlamento y se verá obligado a buscar alianzas.

En otro orden, el Congreso de los Diputados aprobó una moción en la que se exigió la dimisión de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, por las grabaciones telefónicas filtradas hace tres semanas en los medios de comunicación en las que mantiene una conversación con el ex comisario de policía corrupto y actualmente en prisión, José Manuel Villarejo. En el diálogo se escucha a la actual ministra tildar de maricón a su hoy compañero de gabinete y ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska.