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Festival de Piano En Blanco y Negro rinde homenaje a Nadia Stankovich

Se enfoca en su vasto panorama musical; concluye el 30 de este mes

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▲ El encuentro se realiza en el Cenart. En las imágenes, el dueto formado por la alemana Christine Gerwig y el mexicano Efraín González; abajo, Laura Mota, de España.Foto Cenart
 
Periódico La Jornada
Lunes 3 de septiembre de 2018, p. 8

El año pasado, el mismo día que se inició el Festival Internacional de Piano En Blanco y Negro, falleció Nadia Stankovich (1924-2017), pianista nacida en la antigua Yugoslavia que hizo de México su hogar durante 67 años.

Ricardo Calderón, director del Centro Nacional de las Artes (Cenart), donde se lleva a cabo el festival desde 1997, dijo a Lázaro Azar, su curador artístico desde hace cuatro años, que había que pensar en algo para rendir homenaje a la instrumentista.

Para Azar la mejor manera fue enfocar su vasto panorama musical: Era una mujer que lo mismo hacía a los compositores inéditos de la Catedral Metropolitana que rescató, que estrenó muchas obras en México de sus contemporáneos porque en el momento el mismo maestro Shostakovitch le había dado la partitura.

De allí que los 12 programas que integran el 22 festival, que comenzó el primero de septiembre y culminará el 30 del mismo mes en el auditorio Blas Galindo del Cenart, están pensados para tributar a Stankovich por sus gustos musicales o por el repertorio que abordaba.

Nieta de Franz Liszt en línea directa, el primer programa está dedicado íntegramente al compositor austrohúngaro, padre de la técnica pianística que tenemos al día de hoy. El israelí Amir Katz interpretará, por primera vez en México, todos los estudios de concierto de Liszt juntos.

En el tiempo que Azar ha sido curador artístico del festival se puso a ver qué obras se han tocado en sus 22 años de existencia con el objeto de llenar huecos. Sin poner en duda la valía de ninguna obra, el entrevistado se dio cuenta de que hubo un año en que se tocó tres veces la misma balada de Chopin, al mismo tiempo que las dos obras más interpretadas a lo largo del festival eran la sonata Apassionata, de Beethoven, y Cuadros de una exposición, de Mussorgsky.

Le alegra decir que en los pasados cuatro años no se ha tocado ninguna de las dos, aunque piensa darles chance de nuevo: Si el piano es el instrumento con más literatura era un pecado reincidir año con año en lo mismo y más de una vez. Reconoce que el reto es, en efecto, programar obras que son del gusto de todos; sin embargo, al mismo tiempo incluir algo para el público asiduo al festival que les sea novedoso y atractivo. El primer concierto, entonces, comprende el conocidísimo Sueño de amor, de Liszt, así como Reminiscencias de Don Juan, de Mozart-Liszt.

Debussy y Rachmaninov, presentes

El progrma del festival también conmemora el centenario luctuoso de Claude Debussy y los 75 años de fallecido de Sergei Rachmaninov. En el caso del primero se le dedicarán tres recitales. Ayer, a cargo del estadunidense Matthew Graybill, se tocaron las obras que fueron referentes en Debussy para gestar su propio lenguaje, y obras de autores que lo odiaban o que fueron escritas en homenaje, explica Azar. Corresponderá al ruso Konstantin Lifschitz tributar a Rachmaninov, el jueves 6, con un programa que incluye sus 24 preludios.

Los artistas más jóvenes del festival serán Daniela Liebman, de 16 años, que ya no es una joven promesa, sino toda una realidad, y Laura Mota, de 15, a quien Azar invitó como tributo a Stankovich, quien fue una niña prodigio; además, había que tener presencias femeninas y muy jovencitas, como fue ella cuando inició su carrera.

Los otros participantes en el festival son el coahuilense Ricardo Acosta, el ruso Vyacheslav Gryaznov, el español Juan Pérez Floristán, el francés Olivier Moulin y el mexicano Jorge Federico Osorio. Azar hace hincapié en el concierto del jueves 27, una velada a ocho manos a cargo de los dúos Jost-Costa (Francia/Portugal) y Gerwig-González (Austria/México). No obstante que hay poco repertorio para dicha combinación, los pianistas van a estrenar un arreglo de Sensemayá, de Silvestre Revueltas.

En el cierre del festival, el domingo 30, Alexei Volodin interpretará un programa íntegramente ruso que incluye Islamey, de Balakirev, uno de los caballitos de batalla de Nadia Stankovich.

El Centro Nacional de las Artes se ubica en Río Churubusco 79, colonia Country Club.