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Marcha atrás en la Academia Sueca; dos ex colegiados niegan regreso a la instancia que otorga el Nobel literario
 
Periódico La Jornada
Sábado 1º de septiembre de 2018, p. 4

Copenhague. Dos ex integrantes de la prestigiosa institución que otorga el Premio Nobel de Literatura, que renunciaron tras un escándalo de abusos sexuales y delitos financieros, rechazaron informes de que pensaban regresar a la Academia Sueca.

La ex secretaria permanente Sara Danius escribió ayer en su página de Facebook que ‘‘por el momento, no tengo esos planes”. Dijo que la noticia publicada por el diario sueco Svenska Dagbladet ‘‘era errónea”.

Peter Englund, otro miembro que renunció en abril, dijo a la agencia TT: ‘‘Actualmente no tengo planes de regresar a trabajar” en ese cuerpo colegiado.

‘‘Sin embargo, quiero cumplir un papel constructivo en la reconstrucción de esta institución. Esto significa que posiblemente vote en la elección actual de miembros nuevos”, acotó.

Enconadas divisiones

Svenska Dagbladet, uno de los diarios de mayor circulación del país, habitualmente bien informado sobre la Academia Sueca y sus colegiados, publicó el jueves que Danius, Englund y Kjell Espmark regresarían a la institución integrada por 18 miembros vitalicios, cuyas deliberaciones son siempre secretas.

Estaban entre los siete integrantes que renunciaron el pasado abril después del escándalo. Los estatutos disponen que para elegir nuevos miembros, debe haber al menos 12 presentes.

La Academia anunció en mayo que no habrá Premio Nobel de Literatura este año.

El pasado junio la fiscalía de Suecia acusó al hombre en el centro del escándalo de dos cargos de violación de una mujer en 2011. Jean-Claude Arnault, personaje destacado del mundo cultural en el país y esposo de la académica Katarina Frostenson, rechazó las denuncias. Frostenson renunció en abril, al mismo tiempo que Danius.

Los tres dijeron en ese momento que estaban dispuestos a regresar si renunciaba el académico Horace Engdahl, quien apoyó a Arnault y los calificó de ‘‘camarilla de malos perdedores”.

Espmark dijo que se retractaron de su posición anterior porque ‘‘debemos preguntarnos qué es más importante, el bienestar de la Academia o el problema personal”.

Dijo a la agencia noticiosa sueca TT que su ‘‘lealtad pertenece a la Academia”.

Muchos en el país escandinavo, que se precia de fomentar la igualdad de género, han expresado consternación ante el escándalo, que sacó a la luz las enconadas divisiones en el seno de la Academia y ha provocado acusaciones de tendencias patriarcales entre los colegiados.

El movimiento #MeToo contra la violencia sexual llegó a Suecia en noviembre y alcanzó a la Academia cuando 18 mujeres denunciaron a Arnault en un diario local.

El pasado abril, la Academia Sueca dijo que una investigación interna de las denuncias de abusos sexuales descubrió ‘‘conductas inaceptables bajo la forma de intimidad indeseada” dentro de las filas de la institución.