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Black Canvas 2018
C

iudad de México cuenta con una de las mejores carteleras alternativas del mundo. Basta alejar un poco la mirada de las rutinas que semanalmente propone la oferta comercial para descubrir la enorme variedad y riqueza de lo que se programa en las decenas de festivales de cine que proliferan en el territorio nacional y cuyas propuestas llegan puntualmente a la capital del país a lo largo del año hasta conformar una estupenda galería de novedades fílmicas. Ciertamente, la mayor parte de esa oferta se concentra en la Cineteca Nacional, pero la exhibición alternativa va conquistando nuevos espacios y revitalizando otros foros que parecían ya olvidados. Muy pronto, el viejo proyecto de recuperar algunos de aquellos viejos cines que terminaron convertidos en templos evangélicos o que aún permanecen en ruinas, pudiera volverse realidad luego de largos años de inercias burocráticas y una falta de voluntad política en proyectos culturales audaces vinculados con la exhibición de cine.

Mientras llega esa renovación anhelada, será preciso valorar desde ahora la gran efervescencia de una oferta fílmica independiente que compite ya muy decorosamente con el cine de mayorías hecho en, e impuesto desde, Hollywood. Por un lado, el cinéfilo capitalino goza cada año de las dos muestras internacionales de cine y del foro que propone la Cineteca (un total de 42 películas); por el otro, en ese mismo recinto se suceden diversas semanas de cine europeo, asiático y latinoamericano (Alemania, Francia, países escandinavos, Israel, Brasil, Argentina, entre tantos otros), con su proyección simultánea en las salas de arte del duopolio de exhibición comercial (Cinépolis y Cinemex), y su paso por salas como Le Cinéma del IFAL o el Cine Tonalá en la colonia Roma. Buena parte de esa exhibición es por lo demás itinerante y se proyecta poco tiempo después en diversas sedes por varias partes del país. A lo anterior cabe añadir los pequeños festivales que congregan a multitudes de cinéfilos jóvenes, desde Mix, festival de la diversidad sexual, hasta Macabro, una muestra muy popular de cine de horror, o Shorts México, para la difusión del cortometraje, o el impulso excepcional al cine documental a través de la gira Ambulante o de DocsMx. A esta lista pueden añadirse otras actividades fílmicas que, en paralelo a los mencionados, constituyen vigorosas intervenciones culturales en un país aparentemente falto de una cartelera fílmica de primer nivel.

Black Canvas, reloaded. En este contexto asistimos esta semana en Ciudad de México a la segunda edición de Black Canvas (Lienzo negro), un estupendo festival dirigido por el productor y promotor cultural Claudio Zilleruelo, cuya primera edición en 2017, interrumpida por el sismo de septiembre, tomó un segundo aire poco después, para mostrar ahora, en su segundo año, un perfil artístico prometedor y muy exigente. Esta muestra de cine contemporáneo es organizada por la Universidad de la Comunicación, su sede principal, y tiene como alternas la Cineteca Nacional, Le Cinéma IFAL, Cine Tonalá y dos salas de arte de Cinemex. Un total de 60 largometrajes y 50 cortometrajes, a lo largo de seis intensas jornadas, con las producciones más recientes de cineastas de la talla de Wang Bing, Guy Maddin, Hong Sang-soo, Sergei Loznitsa, Takeshi Kitano, Serge Bozon, Corneliu Porumboiu, Sion Sono, Kim Ki-duk y Albert Serra, entre otros, sugieren desde ahora la ambición y el calibre de las ofertas venideras. Faltan muchas cosas por afinar y desarrollar: una estrategia de difusión adecuada, mejor organización de los debates al término de las proyecciones y, salvo estupendas excepciones, traducciones más profesionales para los cineastas extranjeros invitados. Black Canvas anuncia una próxima gira de sus propuestas fílmicas más destacadas, lo cual se agradece, dada la concentración de un programa semejante en tan pocos días. Reseñar brevemente en este espacio alguno de los títulos exhibidos esta semana supondría tener que soslayar, injustamente, varios otros igualmente notables. Es preferible entonces destacar la importancia del nuevo festival, ubicarlo en un contexto realmente estimulante de muestra alterna, señalarlo como una opción más de entretenimiento de calidad y alimentar así el optimismo de los cinéfilos que ciertamente no podrán ya quejarse de una falta de alternativas en nuestro país, sino sólo del tiempo suficiente para abarcarlas todas.

Títulos, sinopsis y sedes: [email protected]

Twitter: Carlos.Bonfil1