18 de agosto de 2018     Número 131

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

El voto rural en el Edomex:
elecciones 2017-2018

César Suárez Ortiz Investigador del Centro Latinoamericano para el Desarrollo Rural (Rimisp)


Debilidad de la maquinaria operativa del PRI. FOTO: Especial

El resultado de la elección a gobernador del Estado de México en 2017 había dado a los partidos políticos una sensación de que el proceso electoral de 2018 sería altamente competitivo. Esta percepción fue producto de la alta fragmentación del voto en la entidad y de la derrota de Morena, quien se posicionaba como el rival a vencer en las elecciones presidenciales. Sin embargo, las elecciones de este año dieron como resultado un proceso poco competitivo donde Morena obtuvo una victoria contundente a nivel nacional y el control territorial del Estado de México. A un año de ambas elecciones, es necesario un análisis para comprender el rápido cambio electoral que experimentó la entidad.

En 2017 Morena obtuvo la victoria en 20 de los 45 distritos electorales del Estado de México. Estos distritos se caracterizaron por concentrar la mayor cantidad de zonas urbanas. Por su parte, el PRI obtuvo la victoria en 21 distritos, en su mayoría en la periferia del estado y que agrupan a la población rural. Para 2018, Morena obtuvo la victoria en 42 distritos electorales perdiendo únicamente los distritos de Valle de Bravo, Naucalpan de Juárez y Huixquilucan de Degollado. En un solo año Morena logró salir victorioso en los distritos periféricos que habían estado bajo el control del PRI y se mantuvo como principal fuerza política en los distritos conurbados. Esta inversión del mapa político de la entidad en un plazo tan corto pudo haber tenido su origen en cuatro fenómenos particulares.

  1. Debilidad de la maquinaria operativa del PRI. El Estado de México no ha experimentado alternancia política hasta el momento. En gran medida esto se debe a la maquinaria política del PRI mediante organizaciones de distinta índole movilizaban el voto a su favor. Sin embargo, con los cambios políticos y económicos de los pasados 30 años, estas organizaciones están perdiendo presencia en el territorio. 

  2. Ausencia de recursos. Una de las características del proceso electoral del 2017 fue la fuerte intervención de la Presidencia tanto política como económicamente. Recursos provenientes de secretarías federales y de programas estatales sirvieron para “aceitar” la maquinaria política del partido. Sin embargo, el alto dispendio y movilización política no pudo repetirse en 2018 con la misma facilidad por un tema de falta de recursos y por la necesidad de repartir los recursos en otros estados para la elección presidencial.

  3. Expansión territorial de Morena. Aprendiendo de la elección de 2017, cuando Morena carecía de presencia en zonas menos urbanas, este partido logró hacerse presente en zonas más alejadas de los centros metropolitanos del estado. Esta estrategia de llegar a zonas de menor densidad poblacional permitió alcanzar la victoria en 43 distritos electorales en este estado.

  4. Desvalorización de los partidos políticos. Es indudable que los resultados de las pasadas elecciones tienen su principal origen en el enojo de los ciudadanos hacia el sistema de partidos. La violencia, la desigualdad y los actos de corrupción tuvieron un efecto en contra de los partidos tradicionales y en especial sobre el partido gobernante. Morena, al erigirse como “la nueva opción”, logró surcar con mayor facilidad el hartazgo social.

A pesar de esta victoria territorial de Morena en el Estado de México, sigue existiendo un espacio donde el partido ganador no pudo ejercer una mayor presencia. Las comunidades rurales han sido un grupo de apoyo político muy importante en la entidad para el PRI. En las elecciones a gobernador, los municipios rurales fueron los espacios que otorgaron los votos necesarios para la victoria del candidato del PRI (Suarez, Gordillo: 2018).

Mientras que en 2017 el PRI obtuvo la victoria en el 72% de los 25 municipios rurales con los que cuenta el estado (se entiende por comunidad rural aquella que cuenta con menos de 15,000 habitantes), en 2018 este partido salió ganador en 20%. Sin embargo, el resto de los municipios no fue ganado en su mayoría por Morena. La coalición que obtuvo más victorias en los municipios del Estado de México en este año fue la encabezada por el excandidato Ricardo Anaya. Sin embargo, el voto en municipios rurales en 2018 estuvo fuertemente fragmentado entre PRI, PAN, PRD, PVEM, Panal y Morena.

Dos explicaciones pueden darse ante la diferenciación de la conducta entre los votos urbanos de la entidad y los rurales. En primer lugar, Morena es un partido altamente urbano que tiene sus principales votantes en personas de entre los 18 y 35 años de edad, con educación superior y los niveles de ingreso más alto. Por lo tanto, el terreno rural sigue siendo un espacio de difícil acceso para el partido y que deberá ir ganando al paso del tiempo. En segundo lugar, el debilitamiento del PRI en las zonas rurales permitió el fortalecimiento de partidos políticos que llevaban más tiempo con presencia en los municipios pero que no podían competir contra la maquinaria priista. Cuando el PRI deja el vacío de poder, los partidos que normalmente quedaban en segundo o tercer lugar, lograron acceder al poder. Al respecto, hay que recordar que Morena apenas lleva cuatro años como partido.

Las elecciones de 2018 y su efecto en el Estado de México vuelven a demostrar la importancia de los territorios en la estrategia electoral de los partidos políticos. A pesar de la fuerte concentración del voto a favor de Morena en las áreas densamente pobladas, no le permitió ganar las elecciones en 2017 a gobernador por el control político del PRI en los espacios menos urbanos. Para 2018, la expansión territorial del voto a favor de Andrés Manuel López Obrador en zonas menos pobladas permitió una victoria contundente de este partido en la entidad. Por su parte, una vez liberados los municipios rurales del control del PRI, serán un espacio que en futuras elecciones determinarán la victoria a los partidos políticos. Será lo rural, lo que determine el resultado final de las elecciones.

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