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La escritora Herta Müller cumple 65 años
 
Periódico La Jornada
Viernes 17 de agosto de 2018, p. 5

Berlín

Cuando en 2009 la escritora rumano-alemana Herta Müller ganó el Premio Nobel de Literatura, el mundo de la cultura en pleno se rindió a sus pies. La pluma que supo describir el horror de una dictadura, entrelazando un estilo implacable con una visión poética, cumple hoy 65 años.

‘‘Está bien, es lindo, pero no va a cambiarme en nada. Mi cuestión interna es escribir. A eso me puedo aferrar’’, dijo la autora tan sólo horas después de que la Academia Sueca anunciase que recibiría la mayor distinción literaria del mundo. Su capacidad para expresar ‘‘los paisajes del desarraigo’’, que el jurado del Nobel destacó a la hora de concederle el galardón, bebía de la dura experiencia que vivió siendo tan sólo una niña en su país de origen, Rumania, bajo la tiranía del régimen de Nicolae Ceausescu.

Descrita como ‘‘cronista del día a día durante la dictadura’’, Müller sufrió el miedo durante su infancia y dejó un impresionante testimonio de aquellos años en sus obras, impregnadas de los dolorosos recuerdos del sombrío autócrata.

Tras la traumática experiencia vivida bajo Ceausescu, la lucha contra la opresión, el compromiso con la libertad y los derechos humanos han seguido siendo su principal preocupación. ‘‘No puedo escabullirme y no quiero que me engañen, sino soportar lo que veo’’, decía. De ahí que no sorprenda que en los años recientes, la escritora abogara públicamente por la liberación de la viuda del premio Nobel de la Paz, el chino Liu Xiaobo, reclamase el reconocimiento de genocidio para la masacre perpetrada en 1915 contra el pueblo armenio por el Imperio Otomano y luchase por la creación de un museo del exilio en Berlín, ciudad que en 1987 la acogió tras huir de Rumania.

‘‘Cuando se derrumbó la dictadura de Ceausescu en 1989 tuve por fin la sensación de que ya no estaba más amenazada’’, dijo en alguna de sus escasas apariciones públicas.

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▲ Herta Müller, premio Nobel de Literatura 2009.Foto Wikimedia commons

Entre sus obras, traducidas a 50 idiomas, figuran La piel del zorro (Der Fuchs war damals schon der Jäger, 1992), sobre el día a día en un sistema totalitario y La bestia del corazón (Herztier), publicada en 1994, donde describe la vida de la oposición en Rumania.

Desde que en 2009, año en que ganó el Nobel, publicó Todo lo que tengo lo llevo conmigo (Atemschaukel), considerada su obra maestra, Müller no ha vuelto a publicar un nuevo título.

‘‘Tiene miedo del proceso de escritura’’, apuntó su ex marido, el también escritor Richard Wagner, en un programa de la televisión bávara transmimitido en 2014 sobre la autora. ‘‘Ella sólo escribe cuando ya no lo puede evitar’’, añadió su amigo y autor Ernest Wichner. Apartada de los focos desde hace años, Herta Müller siente una especie de alergia a las grandes apariciones públicas y las entrevistas. Criada en Rumania en una familia de lengua alemana, la novelista, poeta y ensayista vivió uno de los momentos más duros de su vida en 2010 cuando saltó a la luz que su amigo, el poeta Oskar Pastior había trabajado para el servicio secreto rumano Securitate entre 1961 y 1968.

‘‘Sentí susto y también mucha ira. Después sentí tristeza’’, dijo respecto de la revelación sobre Pastior, cuya deportación a un campamento de trabajo soviético tras la Segunda Guerra Mundial narró Müller en la novela Todo lo que tengo lo llevo conmigo.

En la actualidad, la multipremiada autora lleva una vida discreta en Alemania con su segundo marido, el guionista Harry Merkle. Lo suyo nunca han sido los protagonismos y se esfuerza por pasar desapercibida. ‘‘Mis libros son los que ganaron el Nobel, no yo’’, suele manifestar cuando se ve acorralada por los halagos.