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AMLO en función presidencial // Súmense cinco meses a su sexenio

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orren los días y los gritones de siempre no dejan de rasgarse las vestiduras, pero al bote de la basura han ido a parar los apocalípticos pronósticos que advertían sobre un presunto naufragio nacional, la caída libre del país si Andrés Manuel López Obrador triunfaba en las urnas. Y no ganó: arrasó.

Han transcurrido poco más de cinco semanas desde el triunfo electoral del maligno candidato y aún faltan casi cuatro meses para la toma formal de posesión, y el país sigue su curso, con algunas mejoras notorias por la victoria de ya saben quién, como en el tipo de cambio.

Para dar una idea de qué se trata, en los seis meses previos a los comicios del 1º de julio, el peso acumuló una devaluación superior a 9 por ciento. En cambio, en las poco más de cinco semanas transcurridas desde aquel domingo electoral, la moneda mexicana se ha apreciado en cerca de 7 por ciento frente al billete verde.

Paralelamente, el enfrentamiento de la mafia del poder con el otrora candidato (que no por el azúcar que esparce con el Peje, deja de ser mafia) se transformó en una acaramelada relación de amistad y compromisos, con promesas de todo tipo (desde jalar parejo hasta invertir como nunca). Habrá que ver, desde luego.

¿Cómo ha sucedido todo ello? De entrada,desde el 2 de julio Andrés Manuel López Obrador tomó las riendas del país –de la A a la Z– y está en funciones de mandatario, mientras el de por sí débil y ausente gobierno peñanietista simple y llanamente tiró la toalla, abrió las puertas de par en par y se dedica a lo único que sabe hacer: jugosos negocios para sus integrantes y amigos, mientras La Gaviota se deja ver en París y sus guaruras intimidan y roban a periodistas mexicanos que osan sacar fotos a la supuesta primera dama.

Hoy, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación calificará como válida la elección del 1º de julio y, por ende, entregará la constancia a López Obrador como presidente electo, quien oficialmente tomará posesión el 1º de diciembre, en lo que sin duda constituirá un histórico cambio de mando y de régimen.

Sin embargo, al sexenio pejista habrá que sumarle cinco meses, es decir, los previos a la toma formal de posesión, porque desde el 2 de julio López Obrador está en funciones y marcando la agenda nacional, y de ello da cuenta todos los días.

En ese sentido, uno de los problemas más importantes y urgentes por resolver es el relativo al ingreso de la mayoría de los mexicanos, quien acumula décadas con salarios de hambre. En su más reciente informe, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) advierte que el porcentaje de la población con ingreso laboral inferior al costo de la canasta alimentaria aumentó de 38.9 a 39.1 por ciento entre el primer trimestre de 2017 y el primer trimestre de 2018, es decir, cuatro de cada 10 mexicanos con empleo u ocupación ni siquiera ganan lo suficiente para lo más elemental: comer.

Andrés Manuel no sólo lo tiene en la agenda, sino que ya puso a sus guajiros a trabajar. Ayer (información de La Jornada, con la firma de Andrea Becerril y Víctor Ballinas) se conoció que avanzan las pláticas entre el equipo del virtual presidente electo y los representantes del sector privado para fijar un salario que sea suficiente a partir del próximo año. De acuerdo con Gerardo Esquivel, próximo subsecretario de Egresos de Hacienda, dijo que 2019 será el primer año en que el trabajo formal tenga ingreso suficiente.

Las rebanadas del pastel

A la salida de capitales súmese la más reciente adquisición del tóxico Germán Larrea, dueño de Grupo México: alrededor de 120 millones de pesos para la compra de un condominio en Fisher Island, en Miami, Estados Unidos. Lo mejor del caso es que el barón asegura no tener dinero para rescatar los cuerpos de los mineros muertos en Pasta de Conchos en 2006.

Twitter: @cafevega