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Llegó la última batalla de la guerra futbolera

Les bleus quieren fiesta en Francia y varios países más
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▲ Los jugadores Paul Pogba, N'Golo Kanté y Blaise Matuidi desean honrar a Francia, pero también a los países de donde descienden sus padres, la mayoría africanos.Foto Afp
Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 13 de julio de 2018, p. 4

Moscú

Ya sólo quedan dos y uno será, el domingo siguiente, el nuevo campeón del mundo para los próximos cuatro años. La última batalla de la guerra futbolera por el cetro, que enfrentará a Francia con Croacia, reúne todos los ingredientes para ser una emocionante final, en la que uno levantará la copa y el otro quedará subcampeón del mundo, casi nada, ¿no?

Este ha sido un Mundial atípico respecto de ediciones anteriores, lleno de increíbles e inexplicables sorpresas. Por eso, sin restar méritos a galos y arlequines, dirimirán el título los menos malos de los 32 aspirantes, después de que se hundieron en su propio fango los cuatro que iniciaron el torneo como favoritos, el quinto –les bleus– aún sobrevive.

Francia lo intentará por tercera ocasión en una final, ganó una y perdió la otra. Croacia, un pequeño país de apenas 4 millones de habitantes, afrontará por primera vez el mayor reto de su historia balompédica, con más corazón y épica que superioridad sobre los rivales.

De Francia se sabe casi todo y parte como el equipo que ya es campeón antes de jugar la final. Si no falla la bola de cristal, habrá fiesta no sólo en París y las restantes ciudades del país. También en Came-rún donde nació Umtiti; en Camerún y Argelia, de donde son los padres de Mbappé, igual que los padres de Fekir; en Guinea de donde son los padres de Pogba; en Togo, de donde es el padre de Tolisso; en Mali, de donde son los padres de Kanté y de Sidibé; en Angola, de donde son los padres de Matuidi; en el Congo, donde tienen ascendencia Kimpembe y Nzonzi y donde vio la luz Mandanda; en Senegal, de donde son los padres de Mendy, mientras Dembelé es también de origen senegalés por padre y mauritano por madre; en Filipinas, de donde son los padres de Areola; en las antillanas Guadalupe, donde nació Lemar, y Martinica, de donde es la madre de Varane; en Marruecos, de donde son los antepasados de Rami.

Sin contar los abuelos españoles (Lloris), un abuelo portugués (Griezmann), ambas abuelas italianas (Giroud) y jugadores con doble nacionalidad (Lucas Umtiti, Pogba, Tolisso, Kanté, Matuidi, Nzonsi, Rami, Fekir, Sidibé y Mendy), sólo dos de los 23 seleccionados no tienen ancestros extranjeros más o menos cercanos y son tan franceses como el foie gras, aunque se dice que es una falacia y el hígado graso de oca ya lo comían los faraones del antiguo Egipto.

El caso croata es excepcional, por sobreponerse a varias adversidades antes de plantarse en la final del domingo. Estas son algunas:

Para empezar, estuvo a punto de no clasificar para este Mundial, superada por Islandia, y poco antes del partido decisivo en la fase de grupos contra Ucrania, se tomó una decisión que parecía temeraria: cesar de modo fulminante al entrenador, Ante Cacic, y poner en su lugar a un desconocido novato, Zlatko Dalic. Desde ese momento, venció a Grecia en la repesca y, una docena de partidos al frente más tarde, está en la antesala de ganar su primer campeonato mundial;

En la historia de los mundiales sólo dos equipos han tenido que jugar tres partidos consecutivos de dos horas (con tiempo extra y penales) y Croacia es el primero en ganar los tres;

Un mes antes de comenzar el Mundial, una suerte de terremoto sacudió Croacia con la defenestración de quien movía los hilos ocultos del futbol croata, Zdravko Mamic, el ex todopoderoso presidente del Dinamo Zagreb, condenado a seis años y medio de prisión por malos manejos financieros;

Ya aquí en Rusia, el defensa central Vida provocó un escándalo gratuito al subir a Internet, tras derrotar a la sbornaya, un video en que eufórico gritaba ¡Gloria a Ucrania!, lo que pudo haber costado una severa sanción al equipo y su expulsión del torneo. El responsable de la metedura de pata se disculpó en otro video, pero se llevó una rechifla cada vez que tocaba el balón en la semifinal contra Inglaterra;

También influyó negativamente en el ánimo de sus compañeros el capricho de Nikola Kalinic, delantero del Milán, que se creía titular y, después de calentar banca, se negó a entrar en el segundo tiempo del juego contra Nigeria en lugar de Kramaric. El entrenador Dalic no dudó en mandarlo a casa y ahora la selección croata tiene 22 integrantes.

Estallido de locura

Desde el minuto cinco iba perdiendo con Inglaterra, avasallado por el canto de los casi 10 mil aficionados pross (6 mil apenas llegaron esta semana en numerosos vuelos chárter), y pudo remontar el marcador, provocando un estallido de locura en la tribuna que ocupaban los seguidores croatas.

Sus brincos, que cimbraron el estadio Luzhniki, y cánticos en son de burla de England, England, sorry for tonigth (Inglaterra, Inglaterra, perdón por esta noche) silenciaron el Football come in home (El futbol regresa a casa) que acabó ahogándose en cerveza, a unos 10 litros por panza.

La política no pudo quedarse fuera del Mundial, y no sólo por el disparate de Vida. Curiosamente, los aficionados rusos celebraron cada gol croata como si fuera propio, a pesar de que Croacia eliminó a Rusia y de que Moscú apoyó a Serbia en la devastadora guerra civil en la antigua Yugoslavia, en la cual varios jugadores croatas tuvieron que sufrir el amargo destino de los refugiados.

Aunque en el Metro camino del estadio y en el propio Luzhniki pudo verse público variopinto por su indumentaria (mexicanos, brasileños, argentinos, colombianos y alemanes, sobre todo), la llegada a Moscú de refuerzos ingleses, junto con las decenas de miles de croatas con sus camisetas escaqueadas, sacaron del letargo la calle Nikólskaya, que ahora hasta el domingo por la mañana estará repleta de franceses y croatas.

Desde el lunes siguiente, la Nikólskaya perderá ya su colorido multirracial para tornarse gris uniforme, sin olor ni sabor a fiesta, pero todavía dará muchas historias que merecen ser contadas.

Esta, por ejemplo, de una guapa colombiana que pidió no revelar su nombre y que tuvo que recurrir a la policía de Moscú para que sus dos repentinos enamorados borraran de Internet los fragmentos más escabrosos de su ménage á trois (que obviamente no inventaron los franceses, pero hay que admitir que le pusieron un sugerente nombre a ese sublime placer compartido o a esa cochinada, según quiera calificarlo usted). Resulta que la chava quiso experimentar con dos japoneses a la vez y estalló en cólera cuando vio que uno la estaba grabando con su celular en plena acción. La eficaz policía moscovita encontró a los malosos, que resultaron ciudadanos de Kazajstán y no de Japón.

¿Por qué acabó así este fallido encuentro trilateral? Consultado un afamado sexólogo ruso, que sus clientes llaman el Maestro Ivanov, una suerte de versión local de Masters & Johnson con sexo invertido, esto es, un hombre con apellido de mujer traducido del inglés al ruso, pretende arrojar luz sobre nuestra oscura inquietud: Porque es un sinsentido practicar el sexo consentido, cuando se hace con sentido de complicidad y al final un contrasentido como usar la cámara de video del celular lo echa a perder todo, resumió en unas cuantas líneas, con sentido común, el profesor Ivanov las mil 500 páginas de su tesis doctoral sobre los cinco sentidos en la cama.