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“Santuario, cinta de ficción que refleja la desesperanza”

Joshua Gil representará a México en sección de Ventana Sur

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▲ Fotograma del segundo largometraje de Joshua Gil
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 1º de julio de 2018, p. a11

La película Santuario –originalmente titulada Sanctorum, en latín– es un ensayo híbrido entre documental y cine fantástico acerca de la situación alarmante del campo y los campesinos en México, pero también respecto de la inseguridad y violencia que se sufre todos los días en el país; finalmente se convierte en un recordatorio para el espectador de que el mundo, como lo hemos conocido, está cambiando para mal, desde el clima y la naturaleza hasta la relación de la humanidad consigo misma, explica el director y guionista, el poblano Joshua Gil.

El concepto que el realizador y cinefotógrafo ha desarrollado en esta cinta se relaciona con la metafísica del fin de mundo y la desesperanza de la humanidad, por lo que el género fantástico resulta un aliado perfecto para compartir el sentir del director y probablemente de muchos mexicanos más respecto de la violencia que invade a México, así como del fin del mundo como lo conocemos.

Preseleccionado entre los 10 proyectos para participar en el pitching de largometraje del Blood Window Forum –a inicios de junio– como parte del tercer Mercado e Industria del Cine y el Audiovisual, Santuario, producción de Parábola Cine, fue el proyecto elegido como representante mexicano para los encuentros de coproducción de la sección Blood Window en la décima edición del Mercado de Cine Latinoamericano Ventana Sur, que se realizará en noviembre de este año en Buenos Aires.

La película ya había ganado el premio Next que otorga Tribeca Film Institute en Impulso Morelia, dentro del 14 Festival de Cine de Morelia, en octubre de 2016; además, participó en el Rotterdam Lab del certamen de cine en esa ciudad, en febrero de 2017, así como en el tercer encuentro 3 Puertos Cine, organizado por el Festival de Cine de Valdivia y Distrital, en julio de 2016 en Oaxaca.

En todos estos sitios, varios compañeros productores y programadores comentaron sobre el híbrido entre documental y cine fantástico que es Santuario. Fue una gran experiencia que sin duda enriqueció el camino del proyecto y finalmente se hizo acreedor al estímulo fiscal Eficine para su producción, comenta Gil.

No obstante, ganar el viaje al Ventana Sur, que es quizás el mercado fílmico más importante de Latinoamérica, le parece un gran privilegio, pues la película tendrá la oportunidad de ser dada a conocer a programadores y distribuidores tan importantes como los del Festival de Cine Fantástico de Sitges, de Cataluña; además, llega recomendada directamente al mercado de distribución de cine de género más grande del continente, oportunidad inigualable en términos de difusión y distribución.

Estamos muy contentos de haber sido premiados y de representar al cine mexicano en este foro. Calculamos que para esta actividad la película ya esté muy cercana a su finalización y uno de los objetivos es ver la reacción del público y del mercado, dijo en entrevista el también director de La maldad (México, 2015), su ópera prima que se estrenó mundialmente como parte de la sección Forum de la Berlinale, en la que retrata la vida de un viejo campesino de Puebla, familiar suyo que hizo el guión a partir de canciones de su propia autoría.

En La Maldad, Gil ya había iniciado una exploración muy personal en torno a dos situaciones en México que le interesan sobremanera: el campo y sus trabajadores, así como la desigualdad social y el desencanto político. La violencia es, de nuevo, un factor determinante para el desarrollo y conclusión de la historia en su segundo largometraje de ficción, Santuario. Me parece que ésta es la conexión entre ambas películas, además de que tienen a México como escenario principal, explica el estudiante de comunicación en la Universidad Iberoamericana, quien posee un posgrado en cinematografía por la Escuela de Cine y Audiovisuales de Cataluña.

Fotógrafo por oficio, antes de ser director, Gil se ha interesado siempre en el poder de la imagen y en la poética de ésta por su propia formación, lo cual repercute sobre cualquier texto o diálogo en sus películas. Muy joven fue asistente de cámara de Carlos Reygadas en Japón (México, 2003).

Aunque ya terminó el rodaje, Santuario está en proceso de posproducción, por lo que Gil calcula que les restan varios meses de trabajo. La película está concluyendo su edición y posteriormente pasará un largo proceso de creación de efectos especiales digitales en un estudio de Los Ángeles, para luego finalizar con el diseño sonoro y la posproducción de imagen.

Pese a ello, a finales de marzo, cuando se publicó la convocatoria para el Blood Window Forum, decidió inscribirla, pues además del reto que implicaba coincidir con muy buenos proyectos y con colegas directores de mucha experiencia, indudablemente participaría en un sitio en el que su historia podía encontrar distribución y, probablemente festivales a los que les interese ficharla en su programación.

Es una ruta complicada y costosa, por lo que sabemos que el camino puede ser largo, y la búsqueda de recursos también puede ser necesaria en todo momento, pero precisamente este tipo de reconocimientos ayuda a tener visibilidad a la hora de buscar fondos. Todos los coproductores estamos atentos a diferentes rutas posibles para terminar la película en tiempo y forma, con todos los retos que esto implica.