Xalapa, Ver.

El homicidio de Sebastián Alpuche Gómez, joven secuestrado el 18 de junio en Nanchital, y cuyo cadáver fue localizado en el río Coatzacoalcos, cerca de una zona de manglares conocida como El Infiernillo, causó una gran indignación entre habitantes de ese lugar, en el sur de Veracruz.

Alpuche era hijo de empleados de Pemex. Entre sus amistades era conocido por ser un muchacho aplicado para los estudios, amiguero y aficionado al deporte.

Tras el plagio su familia pagó el rescate solicitado, pero los secuestradores ya no llamaron ni contestaron teléfonos.

Amigos y familiares marcharon para exigir a las autoridades vigilancia en escuelas y trabajos, porque es al salir de ahí cuando son víctimas de la delincuencia. La protesta se hizo en la explanada del Colegio de Bachilleres del estado de Veracruz, donde estudiaba.

Ante el féretro, ni uno más, ni uno más, ni uno más fue una de la consignas que corearon los amigos que acompañaron la marcha. Después se dirigieron al palacio municipal donde reclamaron a la alcaldesa Zoila Balderas y gritaron consignas contra Miguel Ángel Yunes, quien no logró detener la violencia en seis meses, como prometió en campaña.