Política
Ver día anteriorDomingo 24 de junio de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

Buscan a sus familiares

Denunciantes de marinos se exilian en EU ante amenazas
Foto
▲ Jessica Molina, esposa de Daniel Trejo García, dejó con sus hijos Nuevo Laredo.Foto Sanjuana Martínez
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Domingo 24 de junio de 2018, p. 13

Jessica Molina Rodríguez guarda con esmero el video de 20 minutos que muestra cómo un grupo de marinos irrumpió la madrugada del pasado 23 de abril a su casa sin orden de cateo ni de aprehensión y se llevó a su esposo, Daniel Trejo García, desaparecido desde entonces.

Ese día todo cambió. Cuenta que su tarjeta de ciudadana estadunidense le salvó la vida. Los marinos revisaban sus cosas y reaccionaron: “Dejen a la señora, es americana, respétenle sus pertenencias”, dijo uno de ellos y a continuación se llevaron a su marido y a su amigo Gabriel Gaspar Vázquez, quien estaba de visita y dormía en la planta alta de su casa.

Inmediatamente denunció su desaparición y acudió al Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo para solicitar apoyo y emprender una lucha por la justicia y la presentación con vida de los desaparecidos. El video y su testimonio han sido claves y convirtieron su caso en el más sólido –de más de 70–, de desaparición y ejecución arbitraria atribuidos a la Secretaría de la Marina Armada de México (Semar) ocurridos en esta ciudad desde enero.

Pero las amenazas y la persecución que ha sufrido, la obligaron a vivir en Estados Unidos: Es algo muy angustiante. Me tuve que venir con mis hijos por miedo a que la Marina tome represalias en mi contra y por mi deber que siento de luchar por mi ser amado, por mi esposo que se llevaron y por no dejar impune lo que hicieron.

La entrevista con La Jornada se realiza en un lugar de Estados Unidos. Jessica dice que el miedo aún no la deja dormir ni desarrollar una actividad económica y que fue muy triste dejar su vivienda: Ha sido muy difícil. Poco a poco fui perdiendo el miedo y empecé a hablar y a moverme para exigir justicia. Yo sé que él está vivo.

Las amenazas

La Semar informó en un comunicado, el pasado 18 de junio, que trasladó a 30 marinos a Ciudad de México que participaron en los operativos donde se denunciaron las desapariciones y ejecuciones extrajudiciales, y que de esa manera daba cumplimiento a las medidas cautelares emitidas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.

Para Jessica Molina, esta medida es sólo una estrategia de la Semar, ya que, dice, nadie está buscando a los desaparecidos: No nos han dado acceso a los cuarteles y los familiares amenazados seguimos sin protección. Yo me vine, pero la mayoría sigue en Nuevo Laredo sin que nadie les brinde seguridad.

Comenta que su esposo y su amigo son trabajadores sin antecedentes penales y se dedicaban a la mecánica automotriz. Recuerda que ese día en la madrugada la despertaron los ruidos: Entraron seis marinos con uniforme sin mostrar una orden. Gritaban, me di cuenta de que estaban muy bien entrenados y que llevaban a cabo un operativo. Nos empezaron a interrogar con la luz apagada y apuntándonos a la cabeza con un arma larga.

Añade: Ellos estaban buscando a ver quién se las pagaba. Y todo sucedió luego de que la Marina fue emboscada y murieron cinco marinos. Ellos querían venganza, pero mi marido y su amigo no tenían la culpa de nada.

Añade: Se dejaron llevar por su ira y actuaron de manera indebida sin demostrar los valores que deberían tener. Se convirtieron en unos criminales, en unos carniceros, exterminaron a mucha gente, niños, mujeres. No es justo que se hayan ensañado con el hijo de la señora Dolores y su niño.

Comenta que uno de los marinos le dijo: No te hagas pendeja, tú sabes a qué se dedica tu marido. Y ella le contestó: No me falte al respeto, le estoy diciendo que mi esposo es mecánico. Luego, recuerda que uno dijo: Estamos en la casa equivocada.

Sin embargo, finalmente se los llevaron: “Los sacaron descalzos. Y tres marinos se quedaron conmigo. Yo pensé que me iban a matar. Aparte de que se los llevaron, se robaron todo lo que quisieron, dinero en efectivo, los celulares, una computadora para programar carros, relojes. Vaciaron mi bolsa y lo primero que saltó fue mi pasaporte azul de Estados Unidos, entonces uno de ellos me pregunta: ‘¿Es usted ciudadana americana?’ Eso me salvó”.

El video

Jessica se emociona y llora. Recuerda que nunca antes había sentido miedo viviendo en Nuevo Laredo: Somos cristianos, personas de paz. Y ahora le tenemos miedo a quienes se supone que están para cuidarnos.

El video de 20 minutos contiene imágenes de las tres camionetas de la Marina con número de serie donde se observa cómo bajan, entran a la casa y minutos después salen con los dos hombres que ahora están desaparecidos.

Yo les pido que me lo entreguen porque cometieron un error. Yo tengo la prueba. Quiero que me entreguen a mi esposo y a los demás que se llevaron porque hay un niño de 14 años. Son muchos. Mi esposo no puede terminar en una fosa.