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En entrevista, Jorge Sánchez, titular del Imcine, habla sobre la tercera edición del encuentro

Reflexionar sobre el nuevo entorno de la industria fílmica, la esencia del MICA

Este año se está logrando una sinergia importante con Canadá, puntualizó el funcionario

 
Periódico La Jornada
Viernes 8 de junio de 2018, p. a12

En estos días, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine) realiza la tercera entrega del Mercado Industria Cine y Audiovisual (MICA), encuentro que aborda la relación de la industria cinematográfica mexicana e internacional.

Para Jorge Sánchez, titular del instituto, el MICA se organizó porque “nos percatamos de que era necesario un mercado fílmico, mostrar ese lado oculto de la industria: productores, distribuidores y exhibidores.

Es innegable que cada vez se mueve más el material audiovisual en el mundo del comercio, éste es el conducto para conciliar intereses de creativos y productores y para que llegue al público al que va destinado. Tratamos de adaptarnos a una nueva realidad, el mundo digital, en el que ya estamos inmersos.

A lo largo de estos cinco días –termina el 9 de junio– el MICA ha tenido encuentros de mercado, clases magistrales y talleres con los profesionales de la industria.

Para continuar con su hilo discursivo, Jorge Sánchez agrega: La esencia del MICA es reflexionar sobre el nuevo entorno, sobre cómo incidir de la mejor manera y cómo relacionarnos entre nosotros para que nuestro trabajo sea más eficiente, mejor contado y más visto.

La tercera edición del MICA se enfoca en la noción de de “que somos micro y macro. Por ejemplo, cuando llegué al Imcine, venía corriendo un convocatoria para apoyar la producción de cortometrajes; hemos seguido con esa convocatoria, con la intención de descentralizar, porque (sólo) se producían cortos en Ciudad de México; entoces, dividimos el país en cinco regiones y asignamos cinco cortos por región. Cada una tiene una cuota de apoyo para estos trabajos. Frente a eso, vemos qué se tiene que perfeccionar ‘para contar un cuento’, como decía García Márquez.

Al MICA traemos expertos en escritura, desarrollo, producción de cortometrajes, y se están reuniendo con sus símiles en el país; es decir, parece micro, pero es macro.

Jorge Sánchez precisó que “por primera vez tenemos un país invitado: Canadá, cuyas instituciones y organismos cinematográficos y audiovisuales son muy fuertes y potentes. Han tenido una política pública muy constante que ha hecho posible el desarrollo del National Film Board, por ejemplo, que en la década de los años 70 coprodujo películas en México, como Jornaleros, de Eduardo Maldonado, o Mezquital, de Paul Leduc. También traemos a la Canada Media Found, con el cual tenemos un acuerdo para desarrollar y coproducir series y miniseries”.

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El director de la Cineteca Nacional, Alejandro Pelayo; María Cristina García Cepeda, secretaria de Cultura, y Jorge Sánchez, titular del Imcine, en la inauguración del MICA, el 5 de junio pasadoFoto Jesús Villaseca

Jorge Sánchez pone énfasis en la labor de los productores mexicanos: tienen que ponerse la pilas para encontar a sus contrapartes, los traemos para que se sienten en la misma mesa. En este MICA se está generando una sinergia muy importante entre Canadá y México.

Sobre si es una preocupación que el cine mexicano tenga estas alianzas, Jorge Sánchez responde: “Totalmente, porque en México se dio un fenómeno: tuvimos una tubería de dinero público de ocho pulgadas y de repente la hicieron de 24. A nosotros nos tocó trabajar cine de los años 80 y 90 con una tubería de dos pulgadas, y tenías que salir a buscar el dinero. Fue un momento muy propicio para las relaciones de coproducción con España, por ejemplo.

Mi sentir actual es que son pocos los productores que se arriesgan a buscar esas instancias de coproducción; no es una crítica en un sentido obtuso, sino que hay una zona de confort en la que hay el dinero suficiente para producir una película a menos que sea un proyecto con elementos extranjeros, y nos sentamos y acomodamos en esa zona de confort, cuando en el mundo, incluso en cinematografías con sistema de subsidio, hay políticas públicas que de alguna manera estimulan e incentivan a buscar socios afuera para profesionalizar el trabajo, para reflexionar sobre el contenido y, en última instancia, es un proceso de aprendizaje mutuo, porque estos creadores, productores, fotógrafos, guionistas y actores obligan a hacer planteamientos lo más racionales y efectivos posible.