Ottawa.

Los líderes del grupo de los siete países más industrializados del mundo (G-7) se reunirán hoy y mañana en Canadá para participar en una cumbre, en el contexto de la mayor división que ha enfrentado el grupo en sus 42 años, debido a que las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, podrían provocar una guerra comercial global y profundos cismas diplomáticos.

Trump ha impuesto fuertes aranceles a las importaciones de acero y aluminio, incluidos los envíos provenientes de aliados clave del G-7, como Canadá, Japón y la Unión Europea; además, ha amenazado con utilizar las leyes de seguridad nacional para hacer lo mismo con las importaciones de automóviles y se ha retirado de acuerdos ambientales y de un pacto internacional para evitar que Irán logre construir una bomba nuclear.

El G-7 es mucho más que Estados Unidos, señalaron el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en conferencia de prensa en la sede del Parlamento Federal de Canadá.

Los líderes del G-7 no deben tener temor de alcanzar acuerdos sin el presidente de Estados Unidos, aunque la unanimidad es siempre preferible, señaló Macron.

Ambos han formado un frente unido previo a la cumbre, que debería llamarse G6+1, a juzgar por el tono de las declaraciones de los líderes, que pierden la paciencia ante la defensa de los intereses estadunidenses por Trump. La ruptura podría expresarse en un comunicado firmado por Canadá, Francia, Alemania, Reino Unido, Italia y Japón, al término de la cumbre a celebrarse en La Malbaie, provincia de Quebec.

Tal vez al presidente estadunidense no le afecta estar aislado hoy, pero no nos importa ser seis, si llegase a ser necesario, resaltó Macron a los periodistas. Porque estos seis representan valores, un mercado económico y, más que nada, representan una fuerza real a escala internacional en la actualidad, afirmó.

Agregó que el objetivo común es tratar de encontrar un texto que pueda ser firmado por todos, pero aclaró que los europeos y japoneses no estamos dispuestos a acordar en todo para obtener la firma de Trump, ello sería un error.

Es risible decir que Canadá y Francia puedan representar una amenaza para la seguridad estadunidense, dado que somos los mejores aliados que Estados Unidos haya tenido en largo tiempo, indicó Trudeau en la conferencia y adelantó que se esperan discusiones fuertes.

En un tuit publicado el jueves, Donald Trump adelantó que partirá al G-7 a luchar por Estados Unidos, afectado, según él, por los peores acuerdos comerciales jamás firmados. Por la tarde, escribió otro tuit, dirigiéndose directamente a los líderes, diciendo que están cobrando aranceles considerables a los productos estadunidenses y que han impuesto otras barreras comerciales. Espero verlos mañana.

El presidente ruso, Vladimir Putin, recordó que desde 2007 en Múnich advirtió a los países europeos sobre el riesgo de que Estados Unidos imponga sus reglas sobre otros y que ahora están pagando el precio por ignorarlo.

Eso es exactamente lo que sucede. Nadie quería escuchar ni hizo nada para evitar que esto se desarrollara. Ahí tienen, los han golpeado. La cena está servida, siéntense y coman, ironizó.

Comparó los aranceles que Washington impuso la semana pasada a las importaciones de acero y aluminio de Canadá, México y la Unión Europea con sanciones económicas.

Putin también acusó a Estados Unidos de alterar el equilibrio nuclear estratégico y advirtió que nadie debería tomar medidas apresuradas.

El entendimiento de que una tercera guerra mundial podría ser el fin de la civilización debería restringirnos, señaló.