Opinión
Ver día anteriorJueves 31 de mayo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
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Ciudad Perdida

Impunidad electoral en la ciudad

Tibieza o silencio cómplice de la autoridad

Futbol mata política

A

nadie le viene bien, y menos aún a la autoridad electoral, que en pleno proceso sucedan actos tan vergonzosos como la transformación del Cuerpo de Bomberos, tal vez la única institución que gozaba de las simpatías ciudadanas, en un grupo de acarreados al servicio de un ex líder sindical que no es muy afecto a cumplir con la ley, o como todo lo que ha pasado en la delegación Coyoacán, donde desde la violencia en contra de periodistas, hasta la más burda entrega de apoyos se ha sucedido con plena impunidad.

No parece fácil a estas alturas de la contienda por al gobierno de la Ciudad de México, que el Instituto Electoral local cierre los ojos frente a hechos tan contundentes, y que deje de lado las demandas, que ya son un escándalo en toda la capital. A nadie le conviene que después de dos décadas de vida democrática ocurra que esta elección se convierta en la porqueriza donde se ensucie todo el proceso para renovar los poderes.

El voto en esta ciudad tiene tintes históricos de limpieza. Los resultados de la voluntad ciudadana han casi desaparecido al Partido Revolucionario Institucional (PRI), y han mantenido arrinconado a los azules de Acción Nacional, es decir, las trampas para preparar los fraudes que han desajustado la vida política, social y económica del país no parecen haber triunfado en la capital del país.

No obstante, ahora esa pulcritud para contar los votos y hacer triunfar la decisión ciudadana está en peligro de sucumbir, ante las más viejas felonías de ciertos candidatos, delegados y diputados que parecen vacunados contra las sanciones de la autoridad, o simplemente los castigos que se les imponen son tan irrisorios que son aceptados de buen humor y con la promesa de volverlo a hacer por parte de esos delincuentes electorales.

El Instituto Electoral local, en el caso de Coyoacán, por ejemplo, tiene todos los datos, todas las pruebas –los pelos de la burra en la mano– para descalificar de la contienda tanto al ex líder de los bomberos como al candidato a Coyoacán por parte del PAN-PRD, pero apenas y lanza una especie de amenaza que más que causar risa mueve a lástima.

Ya no caben las amenazas ni las declaraciones que buscan hacer creer que la autoridad ha montado una investigación, y que, a lo mejor, un día de estos deriva en la sanción sólo equiparable al tamaño de la falta. Llegar a ese punto de justicia podría convertirse en la realidad que frene la descomposición que se está comiendo esa tan traída y llevada democracia, y de la que tantos capitalinos se sienten orgullosos.

Aún faltan varias semanas para la elección y sí, el Instituto Electoral de la Ciudad de México puede y debe mandar el mensaje, elaborado con las sanciones justas y correspondientes, de que esta ciudad no será el virus que enferme todo el proceso del país. La pelota, ahora sí, está en la cancha de la autoridad electoral. Ojalá no se equivoque.

De pasadita

Y bueno, ante la imposibilidad, seguramente, de que el Zócalo fuera utilizado por los partidos políticos para sus cierres de campaña, el gobierno de la ciudad dio a conocer un calendario de actividades que habrán de ocupar la plancha. Una de esas actividades es la de poner al servicio de la ciudadanía una serie de pantallas para que ahí, en el Zócalo, se pueda ver el Mundial de Futbol. Total, si al gobierno le importa un carambas el destino político del país, por qué tendría que interesarle a la ciudadanía. No cabe duda, ese es un buen ejemplo.