Espectáculos
Ver día anteriorSábado 12 de mayo de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio

El realizador polaco exhibió Cold War en el certamen cinematográfico francés

Pawel Pawlikowski presenta en Cannes cinta de la guerra fría inspirada en sus padres
 
Periódico La Jornada
Sábado 12 de mayo de 2018, p. 9

Cannes.

El polaco Pawel Pawlikowski dejó a la prensa fascinada con el hermoso homenaje que dedica a sus padres en Cold War, la historia de un amor imposible en los años de la guerra fría envuelta casi en un musical. Pawlikowski va directo a la casilla de películas favoritas para la Palma de Oro, a pesar de que todavía faltan casi una veintena por mostrarse, con el intenso amor de un músico (Tomasz Kot) por una joven campesina con buena voz (Joanna Kulig).

El cineasta, al que las dudas de una novicia catapultaron a la fama tras ganar el Óscar y el Bafta con Ida, también rodada en blanco y negro, comentó en rueda de prensa que no quería repetirse, pero no encontró la paleta de colores adecuada para esta historia y consideró que sería más honesto hacerlo en blanco y negro, lo que aportaba a la historia un tono más metafórico.

El cineasta compone una hermosa sinfonía cinematográfica con una nítida fotografía en blanco y negro en la que cada plano, cada secuencia, provoca admiración. Al ser el protagonista un pianista que recorre el país para recopilar canciones populares, la música se convierte en un tercer personaje, lo que da al drama una velada apariencia de musical con canciones tradicionales polacas y música jazz de los años 50.

Pawlikowski, que tiene en su haber seis películas de ficción y algunos documentales, comentó lo mucho que trabajó, tanto en la fotografía como en el sonido, para calibrar tanto el plano como la música adecuada para cada escena. Explicó además que escribe el guión en términos visuales, sin pensar tanto en la dramaturgia, ya que lo que realmente le emociona del cine es la creación. Por eso, para exasperación de actores y productores, puede pasar horas en el set probando qué encuadre es mejor, qué elemento descartar o qué detalle agregar.

No sólo los actores, todo el equipo estaba abierto a los cambios porque sabemos que es para mejorar, dijo la actriz Kulig, quien en ocasiones, cuando tenía que repetir una escena 15 o 20 veces, se ponía a meditar para intentar que saliera como el director quería. Cold War arranca en Polonia en 1949 cuando se forma un grupo de música folclórica. Durante los años 50, en una visita a Berlín, el pianista (Kot) abandona el grupo y se exilia en París trabajando como músico de jazz, pero la cantante (Kulig) no se atreve a marcharse con él. Cuando finalmente se decide y se une a él en la ciudad del amor, su relación naufraga. Interrogado sobre por qué la guerra fría es un terreno tan fértil para grandes historias de amor, el realizador señaló que se debe a que, al igual que en el amor, había que superar obstáculos. En su opinión, las relaciones tienen una lógica interna que a veces acaba mal. Esa es la paradoja de las relaciones humanas. Por eso no me preocupa tanto el destino, dijo sobre la relación de sus protagonistas, que guarda cierta similitud con la de sus padres, a quienes les dedica la película.

Ellos se enamoraron, se separaron, se casaron con terceras personas y se volvieron a unir, contó el realizador, nacido en Varsovia en 1957 y quien debido a esta coyuntura, también vivió en varios países, sobre todo en Reino Unido.