21 de abril de 2018     Número 127

Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER

Suplemento Informativo de La Jornada

Ceremonias, festividades y ferias del maíz

Cecilio Mota Cruz Fundación Semillas de Vida, A. C.  [email protected]


Bendición de semillas en la Montaña de Guerrero. FOTOS: Cecilio Mota

Algunas de las actividades que han contribuido a mantener, valorar y difundir aspectos de la diversidad, cultura, gastronomía e importancia de los maíces nativos de México son las ceremonias, festividades y ferias del maíz.

A lo largo del año, pero marcadamente en periodos clave del ciclo de lluvias, de las actividades agrícolas o del ciclo fenológico (fase vegetativa y reproductiva) del maíz, se celebran ceremonias y rituales de evidente origen prehispánico; festividades asociadas al calendario católico mezcladas o sincretizadas con las primeras y, en diferentes momentos, ferias impulsadas por las mismas comunidades, organizaciones de la sociedad civil e instituciones educativas o de investigación.

La realización de estas actividades refleja la relevancia y significación que tiene el maíz en nuestras culturas originarias; la persistencia de su valor y sincretismo ante una religiosidad distinta, así como el interés de sectores de la población que reconocen la importancia cultural, económica y social de este grano en México, amenazado por la posible liberación de maíces transgénicos que promueven empresas y gobierno.

En un país con un enorme legado de sus culturas originarias, los rituales y ceremonias, en momentos claves del ciclo agrícola del maíz asociado a la temporalidad de lluvias, representan el medio por el que los grupos humanos se relacionan, mediante cantos, danzas, alimentos como ofrenda y convite, con los númenes propiciatorios del vital líquido, favorecedores de la agricultura, la fertilidad y la producción de este grano.


Encuentro Nuestro Maíz. Ixtlahuacán de Los Membrillos, Jalisco.

Conocemos la riqueza de ceremonias, dioses, danzas, indumentaria, alimentos y cantos gracias a diferentes fuentes y manifestaciones artísticas precolombinas, vívidamente en la magnífica obra del padre Sahagún (Historia General de las Cosas de Nueva España), que se mantienen y recrean hasta el presente en múltiples regiones del país. Gran parte de ellos se realizan antes de las siembras, para la petición de lluvias y bendición de semillas: peregrinaciones y ofrendas en sitios sagrados (comunidades tzotziles, cuenca del Grijalva, Chiapas); danzas e incluso combates (Montaña de Guerrero); se ornan, se bendicen, se danza y canta a las semillas y mazorcas en pares (región Teenek); se elaboran altares, ofrendas de alimentos, se hacen cantos y oraciones en las milpas en comunidades de la península de Yucatán, entre otras actividades.

Las festividades asociadas al sincretismo con el calendario y panteón católico conforman una conjugación de ceremonias prehispánicas con la celebración de alguna figura religiosa. Subyace en estas festividades el sentimiento y religiosidad originarias, basadas en los ritos propiciatorios de la lluvia y la bendición de semillas. Se celebran en honor a un santo católico y pueden comprender diferentes actividades de ferias locales, donde se promueven y expenden productos derivados del maíz.

Son comunes las festividades que se destinan a San Isidro Labrador, en las que se bendicen semillas, instrumentos agrícolas, animales de tiro, maquinaria…

Posterior a las labores agrícolas intensas (roza-tumba-quema, preparación del suelo, siembra, labores culturales) y hasta el inicio de la floración –que coincide con la sequía interestival o canícula–, se presentan algunas ceremonias y festividades. Sin embargo, en su mayoría se efectúan hasta el periodo de producción de elotes, entre agosto y septiembre. Aquí se conjugan las ceremonias y los rituales de agradecimiento en la parcela por los primeros frutos –elotes, principalmente–, en los que se ornan las esquinas de la milpa con flores que bañan los campos (pericón, dalias, cosmos), con la celebración católica de San Miguel Arcángel, el 29 de septiembre. Momento de fiesta en diferentes regiones del país, que se ha retomado por iniciativa de organizaciones de la sociedad civil para celebrar el Día Nacional del Maíz.


Reina de la Feria del agua y el maíz. Taxco de Alarcón, Guerrero.

Una vez logrados los productos del maíz, se acentúan las festividades religiosas y, con éstas, las ferias de la milpa, del elote y el maíz donde se expenden productos, alimentos y platillos (por ejemplo, la Feria del Elote en Cocotitlán, Chalco, Estado de México; la Feria del Elote y el Maíz en San Juan Ixtayopan, Tláhuac, CDMX; la Feria del Maíz de Coxcatlán, Puebla; la Feria del Elote en Jala, Nayarit; la Feria del Maíz y la Tortilla en Santiago Tepalcatlalpan, Xochimilco, CDMX; la Feria del Maíz de Teotitlán del Valle, Oaxaca, etc.). Estas festividades se acompañan de actividades comerciales, que pueden incluir otras de orden académico o de difusión en torno a diferentes temáticas del maíz.

Son relativamente recientes las ferias de semillas y del maíz que han promovido grupos organizados de la sociedad civil, autoridades locales, líderes comunitarios, instituciones educativas o de investigación, entre ellas la Feria del Maíz Nativo y otras Semillas en Vicente Guerrero; la Feria del Maíz de Ixtenco, Tlaxcala; la Feria Estatal de la Agrobiodiversidad, en Oaxaca; la Feria del Maíz de la Escuela Nacional de Antropología e Historia; la Feria de la Milpa en la UNAM, en la CDMX; la Feria del Maíz y el Agua en Taxco de Alarcón, Guerrero; las Ferias Nuestro Maíz de la RASA-Jalisco.

Todas éstas se orientan a mostrar la diversidad de semillas que cultivan los agricultores; fomentan su valoración, conservación e intercambio; integran exposiciones académicas, actividades culturales y se han establecido como espacios de encuentro, intercambio de semillas y venta de productos, de diálogo entre campesinos, productores, consumidores, académicos y sociedad en general,  en torno a diferentes temáticas y problemáticas del maíz: su diversidad, producción, mejoramiento, aprovechamiento, comercialización, conservación y defensa, en el contexto reciente, ante la amenaza que representan los maíces transgénicos que empresas y gobierno pretenden liberar en México, poniendo en riesgo la diversidad de los maíces nativos, que son el fundamento cultural, económico y alimenticio de los mexicanos.

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