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Hace 75 años, los habitantes de San Juan escucharon el estruendo que anunciaba el evento

El Paricutín permitió ver por primera vez cómo nace un volcán

Se trata del más joven del continente

Los habitantes lo dotaron de humanidad al hacerle su acta de nacimiento, relata el geofísico de la ENES Luis Antonio Domínguez Ramírez

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Un volcán es la respiración de la Tierra, definió de manera poética el especialista de la UNAM. Arriba, erupción del Paricutín e iglesia de Parangaricutiro, ca.1947. Fotografía de Juan Rulfo
 
Periódico La Jornada
Viernes 13 de abril de 2018, p. 2

Morelia, Mich.

El 20 de febrero de 1943 un estruendo anunció su nacimiento: era el grito de la Tierra que estaba pariendo un volcán. Lo nombraron Paricutín, por su origen purépecha que lo carga del significado lo que está al otro lado.

Al otro lado porque, a diferencia de los viejos volcanes apagados, su historia fue atestiguada por personas cuya vida cambió el día que vieron crecer la tierra 80 metros en una semana para derramar lava y arena.

La historia de Dionisio Pulido, quien sintió el crujir del suelo, ha creado la identidad del Paricutín, el volcán más joven del continente, señala el geofísico Jaime Urrutia Fucugauchi, investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Los pobladores de San Juan Parangaricutiro (hoy Nuevo San Juan, que se refundó después del evento) afirman que sintieron un estruendo en la tierra, de la que comenzaron a emanar gases y humo. En ese momento era imposible saber que se trataba del surgimiento de un volcán.

El doctor en geofísica y física espacial de la Escuela Nacional de Estudios Superiores (ENES), unidad Morelia, Luis Antonio Domínguez Ramírez, afirma que existe una relación muy íntima entre los sismos y los volcanes, pues ambos se generan por movimientos debajo de la tierra. En el caso de los sismos se da en las placas tectónicas, mientras en los volcanes lo que se mueve es el magma que al subir los genera.

Refiere dos formas de definir un volcán. Poética: Un volcán es la respiración de la Tierra. Científica: Un volcán es roca fundida que sube a la superficie de la Tierra.

Los volcanes juegan un papel fundamental en el mantenimiento del equilibrio de la atmósfera, ya que es por donde el centro de la Tierra respira de los gases y sustancias. De esta forma, el agua que la tierra toma de los océanos regresa a la superficie.

Domínguez Ramírez afirma que el Paricutín permitió ver por primera vez nacer un volcán y para entenderlo se relacionó con aspectos familiares. Refiere el fenómeno de humanización del volcán, que al nacer fue registrado con un acta de nacimiento que firmó el presidente municipal de San Juan en 1943, la cual se encuentra en el archivo histórico del Instituto de Geología de la UNAM.

Personalidad

La temperatura y la química son los factores que determinan el tipo de volcán. El Paricutín es uno de los conocidos como conos de ceniza, que son volcanes pequeños, pero con pronunciadas pendientes, y que hacen erupción sólo una vez.

Además de éstos, existen los estratovolcanes, como el Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y el Nevado de Toluca, que son muy altos y que tienen múltiples erupciones. O los sin escudo, que abarcan grandes extensiones de terreno, aunque no sean tan altos, como los de Hawai.

Domínguez Ramírez explica que el papel de la química para determinar el tipo del volcán se encuentra en la dinámica que se da en la profundidad; volcanes como el Paricutín surgen de zonas de subducción; es decir, la tierra trae agua de los océanos que se subduce generando que una placa tectónica entre por debajo de la otra, permitiendo que esa agua entre y se combine con otras sustancias que se funden y suben.

Pero existen otros como los de escudo, debajo de los que existen plumas del manto, de donde sube el magma y que tienen mucha menos agua.

En México, específicamente en Michoacán, existen de los dos tipos de volcanes juntos, lo que resulta curioso a los científicos, por lo que llegan a plantearse las hipótesis de que pueden existir juntos por las plumas del manto debajo de las zonas de subducción.

La capilla que sobrevivió

La presencia humana en este acontecimiento revistió la historia del Paricutín de misticismo sobrenatural. La actividad volcánica que se mantuvo durante nueve años, 11 días y 10 horas, según RE Wilcox, del Servicio Geológico de Estados Unidos, dejó enterrada en arena y lava a la comunidad de San Juan Parangaricutiro, todo excepto el altar y cúpulas de la capilla de San Juan.

Urrutia Fucugauchi comenta que el templo no fue cubierto por completo debido al curso natural que siguió la lava, por su arquitectura y por la estructura del suelo.

Para determinar este fenómeno, Domínguez Ramírez señala que se ha observado que la roca volcánica que enterró a la ciudad está formada por dos tipos de lava: la doble A, que es la predominante en el Paricutín y que forma bloques grandes, es densa y se mueve muy despacio, lo que pudo influir en que sobreviviera el templo debido a que lleva menos fuerza.

También se encuentran vestigios de la lava pahoehoe, que es muy fluida y forma roca con consistencia acartonada, pero en menor cantidad.

De lo que un día fue San Juan Parangaricutiro no queda mucho más que el recuerdo de una ciudad enterrada y un templo que emerge de las rocas.

Ser más viejo que un volcán

El Paricutín es conocido por ser el volcán más joven del continente; existen otros en Islandia, o los que han surgido en los océanos, pero sigue siendo un hito de la vulcanología porque permitió que la humanidad presenciara el momento de su nacimiento.

Domínguez Ramírez señala que existen datos de volcanes con aproximadamente 20 millones de años y que hace poco en Brasil se descubrió un cráter que podría tener 900 millones de años, pero que se sigue estudiando.

La peligrosidad de un volcán depende de la cantidad de personas viviendo cerca y del tipo de lava que determina la velocidad con que avanza, aunque eso no quita lo impredecible. Como el caso emblemático del Dr. Atl, seudónimo del pintor y escritor mexicano Gerardo Murillo Cornado, autor del libro Cómo nace y crece un volcán: el Paricutín, y que, por observar el nacimiento del Paricutín perdió una pierna.

Para Domínguez Ramírez, la percepción de los volcanes y los sismos los muestra como desastres naturales, pero considera que no generan un desastre por el hecho de serlo, sino por las políticas gubernamentales.

Los volcanes son la forma por la que respira la Tierra, si no existieran, la atmósfera se iría desvaneciendo, como en el caso de Marte. Ahí radica la importancia que tienen en el desarrollo de la dinámica de la naturaleza.

En Marte se han estudiado los procesos vulcanológicos, ya que ahí existe el volcán más grande conocido: el Olimpo, que mide más de 20 kilómetros de altura pero se encuentra inactivo. Los científicos trabajan en enviar sismógrafos para obtener datos más precisos que ayuden a determinar la relación que existe entre los volcanes y la viabilidad de la vida.

Mientras tanto, en San Juan, el señor Francisco, de 94 años, todavía recuerda aquel día en que escuchó el rugido de la Tierra, cuando parecía estar escupiéndose a sí misma y en realidad sólo eran los sonidos del nacimiento de un volcán, signos de que la Tierra está viva.