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No es protesta social; comunica lo que sigue ocurriendo en el país y el mundo: Óscar Rojas

Los gallos salvajes, tragedia sobre la soberbia del machismo

De Hugo Argüelles, es una reflexión contemporánea en torno al instinto y la razón, señala el director

La puesta en escena aborda la violencia, el abuso sexual, la doble moral y las pasiones

Foto
Christian Ramos y Antonio Monroi, en una escena de la puesta que se presenta los domingos en La TeatreríaFoto cortesía de la producción
 
Periódico La Jornada
Lunes 26 de marzo de 2018, p. 9

En algún poblado de la Huasteca, en la época actual, surge la confrontación entre un macho cacique y su hijo, este último víctima de abuso sexual y renovado en su visión de vida luego de un tiempo lejos del hogar paterno.

Esta es la intensa trama de la obra Los gallos salvajes, de Hugo Argüelles, dirigida por Óscar Rojas, que se estrenó ayer en La Teatrería.

“La obra, además de confrontarnos escénicamente, nos permitió identificar temas universales que están muy vigentes, como el abuso sexual, el poder y el narcotráfico”, explicó.

La historia, definió, es una reflexión contemporánea sobre el instinto y la razón; aborda los temas de la violencia, el miedo, la doble moral y las pasiones.

Sin duda, prosiguió Rojas, todos hemos experimentado estas emociones y sentimientos universales, con los cuales se identificará el espectador.

El montaje, con las actuaciones de Antonio Monroi, Christian Ramos y Jesús Benavente, representa la tragedia caracterizada por la soberbia y arrogancia que refleja el machismo de un padre hacia su hijo, quien luchará por terminar con este ciclo de dominio y abusos.

Alusión a una batalla animal “entre padre e hijo

La historia describe a Luciano Miranda, un hombre que ha vivido toda su vida con en el estereotipo machista y ahora tiene que lidiar con el reclamo de su hijo, Luciano Eduardo.

Haciendo alusión a una batalla animal y racional, se da el momento en que Luciano Eduardo le dice que la forma de transmitir su amor, como padre, no es la adecuada. El hijo la califica de incestuosa, mientras el padre cree que es algo natural; una forma de amar que ha pasado de manera generacional, explicó Óscar Rojas, quien también produce la puesta junto con Jesús Benavente.

En escena aparece un personaje místico, un chamán llamado Otoniel, quien podría fungir de oráculo o conciencia de la obra.

Aunque el montaje no es una protesta social, sí es una forma de comunicar a las personas que esto sigue ocurriendo en el país y el mundo.

Incluso, añadió, el tema del abuso sexual lo abordamos más allá del género, de una relación entre dos seres humanos y el amor está palpable en los dos personajes.

La trama, a pesar de la dura temática, también es un apapacho al alma, porque las escenas no son de violencia ni se ve a dos hombres tocándose, sino el amor es un tema primordial.

Para Los gallos salvajes, la propuesta escénica es minimalista y cuenta con música y voces en off, pero, enfatizó Óscar Rojas, la materia prima son las actuaciones para contactar y conmover al público; así surge la magia.

La obra, precisó, tiene una amplia gama de temas, posibilidades y de visiones. Además, muestra nuestros sueños incumplidos, el amor y lucha contra nuestras pasiones, con lo cual se puede identificar el espectador. Incluso, puntualizó Rojas, confronta el instinto animal del hombre contra su capacidad para amar.

Los gallos salvajes se presentará todos los domingos a las 19 horas en La Teatrería, ubicada en la calle de Tabasco 152, colonia Roma Norte. Concluirá temporada el 6 de junio.