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Enfatiza que no es un comportamiento individual y se debe hacer más para combatirlo

El ex futbolista Lilian Thuram critica la pasividad de deportistas ante el racismo
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Para el ex jugador francés, sólo el basquetbolista LeBron James lucha de manera frontal contra el flagelo, mientras señala la postura displicente de Pelé por no posicionarse sobre el temaFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Miércoles 21 de marzo de 2018, p. a11

París.

En el fondo del racismo está la dominación económica de África por parte de Occidente. Esto lo sostiene el ex futbolista francés Lilian Thuram, defensa legendario de la selección gala campeona de la Copa del Mundo de 1998, combatiente frontal contra la discriminación y que dirige una fundación para informar y debatir el tema.

Thuram critica la pasividad del deporte élite para combatir el racismo, donde son frecuentes las expresiones de odio en partidos, con insultos desde las gradas y en las mismas canchas, con despliegues de mantas ofensivas y lanzamientos de objetos como plátanos para humillar a jugadores. Para el zaguero galo, sólo el basquetbolista LeBron James combate de manera frontal el racismo. Mientras que lo compara con la postura displicente del astro Pelé.

Nunca se ha posicionado sobre la problemática del racismo en Brasil; sin embargo, es alguien que podría haber hecho avanzar las cosas. No lo conozco, pero creo que hay que superar cierto egoísmo, dijo para una televisora de aquel país.

El racismo no es un comportamiento individual, afirma Thuram, quien tuvo consciencia de su identidad de negro hasta que llegó a las afueras de París, adonde llegó desde la isla de Guadalupe. Después vino la necesidad de aprender, de informarse, con lecturas y diálogo.

El racismo es una construcción política y económica en la que hay una relación de dominación, expone; la región rica, Occidente, desprecia al pobre, África, y eso hay que denunciarlo.

Esa consciencia es importante para Thuram, por eso recomienda que los jóvenes con descendencia africana lean Piel negra, máscaras blancas, de Frantz Fanon. En el libro –explica Thuram– se puede comprender que el racismo opera en el nivel sicológico.

Cuando Thuram escuchaba que desde las gradas emitían un bramido simulando un mono, la respuesta del defensa era sobre todo analítica, para comprender los mecanismos del repudio racial; una contra propuesta al facilismo y simpleza con la que los medios de comunicación enfrentaban el fenómeno. Decir que esa gente es estúpida no cambia nada, acota Thuram.

No me agradaba que la prensa dijese que tal tipo era un estúpido por hacer eso, explica; hay que preguntarse por qué lo hacía. Era por prejuicios, porque (quien emitía los ruidos) no nació racista, pero somos de una cultura en la que los blancos dominan a los otros de colores.

Recuerda la reacción de Dani Alves cuando le arrojaron una banana; el jugador la levantó, la peló y le pegó un mordisco con una total intención irónica.

Es el único que afronta el problema, reclama Thuram; “los otros compañeros no hacen nada, el árbitro tampoco y los jugadores que no son negros tienen que dar un paso adelante y decir “los vamos a proteger’”.