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En nuestro país, el amor es un negocio o la calle es hostil, declaran a Marrokkiat

Serie en Internet da la palabra y emancipa a las marroquíes

En 12 episodios, mujeres de todas las edades hablan sin restricciones de su condición a la página web Jawjab

En pocos meses los videos han tenido más de 6 millones de visitas

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La miniserie rompe con la creencia de que Marruecos es un país abierto, pues autocensura es real, dice la responsable de la empresa productoraFoto Ap
 
Periódico La Jornada
Viernes 9 de marzo de 2018, p. 8

Casablanca.

A cara descubierta hablan de violación, homosexualidad, acoso, restricciones de vestimenta y prohibiciones sociales... Con Marokkiat, serie de Internet filmada en esta ciudad, las marroquíes hacen uso de la palabra y rompen tabúes.

Desde el primer episodio, Zahra, vendedora callejera de unos 40 años, declara con una carcajada que no hay amor con el marroquí y que en Marruecos el amor es negocio. Desde entonces, en sólo unos meses, la serie difundida en la página de Facebook Jawjab tiene más de 6 millones de vistas y 2.5 millones de interacciones.

“Tenía ganas de mostrar a mujeres en la calle, en esa calle hostil y salvaje que no les pertenece, para que puedan decir: ‘Estoy aquí, existo’; para que se apropien de este espacio”, explica Sonia Terrab, de 33 años, guionista y realizadora de Marokkiat (Marroquíes en el dialecto árabe local).

En su miniserie de 12 videos, 12 mujeres de todas las edades, sencillas, normales, filmadas de pie en la calle en plano ancho, comparten en 60 minutos lo que han vivido.

La serie hace el retrato de una sociedad, de una feminidad a lo marroquí, explica Terrab.

Te ven como cosa

Los datos son elocuentes: más de uno de cada dos marroquíes reconoce haber acosado sexualmente a una mujer en el espacio público y más de 60 por ciento de ellas declara haber sido víctima de este tipo de agresión, según un reciente estudio publicado por la ONG Mujeres Magreb.

Sintomáticamente, hay más mujeres que hombres que consideran que la apariencia de la víctima provoca el acoso, según este estudio.

He entendido que vivo en una sociedad en la que, estés desnuda, vestida, en burka o incluso escondida bajo una sábana, el hombre te mirará siempre como una cosa, dice Jadiya, de 21 años, en uno de los episodios, contando lo que vive desde que lleva velo.

La niña debe seguir ciertas normas y vestirse según el principio de los hombres para no tentarlos... ¡en cualquier cosa!, se indigna

Como chicas, somos medio seres y eso, me molesta. Salima, de 25 años, jefa de equipo en un grupo de comercio electrónico, escogió hablar de las agresiones verbales provocadas por su tatuaje, percibido en la calle como gran acto de rebelión.

Tenía ganas de compartir mi experiencia diaria, explica esta mujer que rechaza el calificativo de militante o feminista, porque no le gustan ni las casillas, ni las etiquetas.

Su testimonio fue visto 340 mil veces, y lo que más le sorprendió fue leer comentarios positivos. La experiencia le dio fuerza y valor: “Antes me decía ‘bueno, no puedo cambiar las cosas’, asegura esta vital mujer.

Cuando se expresan sin filtro en Internet, las jóvenes tienen retornos en general muy violentos, subraya Fatim Bencherki, de 33 años, directora de la empresa Jawjab, que produce Marokkiat.

Filial de una compañía de producción local, Jawjab respalda a los jóvenes creadores de contenidos web proporcionándoles medios de producción. Su página Facebook difunde los programas, alimenta el debate y atrae pedidos para su producción digital, lo que permite equilibrar los gastos.

Con Marokkiat tuvimos una avalancha de respuestas, mensajes de apoyo, de amor; testimonios: muchas chicas se presentaron espontáneamente para hablar, liberar su energía, hablar de su vida simplemente, explica con satisfacción la responsable de Jawjab.

Rompe con las creencias populares, considera recordando que Marruecos, es un país aparentemente abierto en el que la autocensura es un tema real”.

Las redes sociales cambian la situación. Lo hemos visto con el fenómeno #MeToo en todo el mundo, se habla de la tercera revolución femininista, subraya Terrab.

La directora está convencida de que la palabra ser está liberando en Marruecos: entre las mujeres jóvenes hay un verdadero deseo de emancipación, hablar en la calle y en el espacio virtual les molesta cada vez menos.