Opinión
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El presagio
E

s el título de una película que recuerdo de hace algunos años, en la que se refleja cómo la ignorancia puede llevar a un pueblo a la descomposición social y a la tragedia de su propia destrucción, señalando el papel que juegan las autoridades (igualmente ignorantes) en estos procesos.

La historia relata lo sucedido a principios del siglo XX en una población rural autosuficiente y con una buena dosis de ignorancia, cuyos habitantes se dedicaban a la agricultura y la ganadería. La historia inicia con un parto atendido por una comadrona en el que ésta coloca en la boca de la parturienta una botella mágica, para que sople mientras se realiza el alumbramiento; una vez nacido él bebé, cuando la comadrona la retira de la boca de la mujer, ésta cae al suelo y se rompe, lo cual toma como un presagio de que algo malo sucederá, difundiéndolo entre la gente del poblado; el rumor llega a oídos del párroco, de la autoridad y del tendero; los problemas incian cuando el sacerdote anuncia que algo malo sucederá, como castigo de Dios, por no pagar sus diezmos, logrando que la gente salga asustada de la iglesia ante los peligros desconocidos que se avecinan; por su parte la autoridad decide que lo mejor que puede hacer es realizar cortes al suministro de agua para que ésta no escasee, exceptuando al tendero y a sus familiares y compadres.

Entre la población el presagio de un suceso que les afectará a todos, confirmado por las palabras del sacerdote, produce un efecto desconocido; cada quien comienza a ver con recelo a los demás y a tratar de proteger a su familia y a sus animales ante los peligros inminentes; antes que pensar en una reunión colectiva para analizar posibles riesgos y acciones de prevención, la población acude a la tienda para comprar alimentos y guardarlos, preparándose ante alguna eventualidad desconocida. Entonces el comerciante comienza a subir los precios y a esconder sus productos por lo que pueda suceder, teniendo especial cuidado con la harina y el azúcar. Algunos días después, cuando la iglesia está abarrotada de personas escuchando al párroco que habla nuevamente del presagio, una mujer entra gritando que en su camino pasó por la panadería y se dio cuenta que no olía a pan horneándose y que ello era un aviso de que algo muy grave estaba por ocurrir.

Entonces alguien de la congregación informa que vio a la gente del tendero llevándose la mercancía a un escondite, la congregación entera sale del templo y le sigue, llegando hasta donde las mercancías están escondidas para sacarlas, lo cual sucede en medio de una lucha a golpes con los guardianes del almacén. Cuando llega el párroco la mercancía está en la calle y la gente se pelea por ella, por lo que éste ordena que la quemen toda para evitar derramamientos de sangre, diciéndoles que ésta ha sido contaminada por el demonio, lo cual hace que algunas mujeres le prendan fuego. Pocos días después, ante la falta de agua y alimentos, los animales comienzan a morirse en los corrales, por lo cual la gente se ve obligada a quemarlos, ante el hedor de la carne descompuesta; el fuego alcanza a algunas viviendas y el caserío termina incendiándose. En la escena final los habitantes se alejan del pueblo subiendo por una loma; la comadrona y el párroco van al frente, en un punto donde se observa el caserío en llamas, abajo en el valle, ella se detiene y señalándolo exclama, les dije a tiempo que algo terrible iba a suceder y ahora vean; mi presagio fue cierto. La película estaba basada en una historia de Gabriel García Márquez, impactándome desde luego la metáfora de lo que puede suceder con una comunidad o con una nación entera, cuando éstas están sumidas en la ignorancia mezclada con el miedo.

La ignorancia puede tener al menos dos acepciones; la más utilizada constituye normalmente un vituperio, cuando decimos que fulano es un ignorante, la otra acepción hace referencia al hecho de ignorar lo que sucede o pueda ocurrir respecto a un asunto específico. En nuestro caso el tema de referencia es el próximo proceso electoral, en el que la población entera de nuestro país debiera saber y estar segura de que el próximo Presidente será quien obtenga la mayoría de votos en las elecciones, por lo cual de acuerdo con lo que nos indican las encuestas y que ninguna organización política ha refutado, es que Andrés Manuel López Obrador será el triunfador. Sin embargo, las acciones del gobierno presidido por Enrique Peña Nieto parecen estar abocadas a generar un proceso de incertidumbre y miedo en la población, ante lo que habrá de ocurrir en el próximo proceso electoral, al grado de que hoy podemos decir que aun con muy buenos deseos, somos ignorantes, de lo que pueda suceder de aquí a la primera semana de julio, siendo Peña Nieto el responsable de ello, al igual que la comadrona de la historia.

A este incierto desenlace abona la ley de seguridad nacional impuesta por el Presidente en contra de viento y marea y que ahora él mismo afirma no la piensa aplicar, así como la actual opereta creada en torno a Ricardo Anaya, mientras los casos de Odebrecht y Emilio Lozoya, al igual que el de la desviación de recursos a las campañas del PRI realizadas por el gobernador de Chihuahua, César Duarte, en acuerdo con el ex presidente del PRI Manlio Fabio Beltrones, son asuntos olvidados por el procurador general de la República.

Si a ello agregamos el retroceso generado en la educación y de manera especial el referente a la educación de los adultos durante el actual gobierno (y que sí abonan a la ignorancia en su primera acepción) lo único que nos queda es el deseo de que el país pueda salir avante de la tormenta que se avecina.

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