Roma.

Cien mil italianos se manifestaron este sábado contra el racismo, la reactivación del fascismo, las reformas laborales, las vacunas obligatorias y otros temas candentes, en algunos momentos chocando contra la policía, mientras se agudiza el antagonismo entre activistas de extrema izquierda y extrema derecha en una campaña electoral violenta.

Fue el último fin de semana para los mítines previos a las elecciones nacionales del 4 de marzo. Los manifestantes realizaron al menos una decena de marchas o mítines en varias ciudades.

En Milán, manifestantes de extrema izquierda se enfrentaron contra la policía, que trató de alejarlos de una movilización de extrema derecha. Policías usaron porras contra la primera línea de los manifestantes para hacerlos retroceder.

El diario británico The Independent informó que 100 mil personas se reunieron en la Plaza del Pueblo, en Roma, en una marcha que atrajo al primer ministro, Paolo Gentiloni, y a otros ministros de centroizquierda. Ahí deploró el racismo y el renacimiento de la ideología fascista. Al otro lado de la urbe, un grupo protestó contra los cambios laborales del gobierno que facilitaron el despido de los trabajadores.

El ministro de Justicia, Andrea Orlando, advirtió que el fascismo es un peligro en Italia y Europa.

En otras partes de la capital italiana los manifestantes denunciaron la decisión del gobierno de hacer obligatorias varias vacunas para los escolares, tema que encendió el debate de las campañas.

En paralelo, otros grupos de ultraderecha convocaron a movilizaciones en diferentes ciudades. Algunas concentraciones estuvieron salpicadas de choques entre las fuerzas de seguridad y contramanifestantes de la izquierda radical.

En Milán, el líder ultraderechista Matteo Salvani, de la Liga Norte, llegó a la plaza de la catedral y luego subió a un podio para explicar su programa.

Aliado con los conservadores de Silvio Berlusconi para las legislativas, Salvani aspira a quedar en primer lugar dentro de esta coalición, que encabeza los sondeos, y así convertirse en jefe de gobierno.

Los italianos primero, recalcó el sábado, atacando a la inmigración y a Matteo Renzi, jefe de filas de centroizquierda para las elecciones, muy abucheado por la multitud (entre 15 mil y 20 mil personas, según la policía; 50 mil, de acuerdo con La Liga), que enarbolaba las banderas del partido, de Venecia e incluso de Cerdeña.