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Segundo largometraje del mexicano Alonso Ruizpalacios; va por el Oso de Oro del festival

Museo se gana la simpatía del público y la crítica de la Berlinale

Se basa en un robo real de piezas arqueológicas del MNA perpetrado en 1985

Va del roadmovie y del buddymovie al thriller

Protagonizan Gael García y Leonardo Ortizgris

Corresponsal
Periódico La Jornada
Viernes 23 de febrero de 2018, p. 6

Berlín.

Para el cineasta y director de teatro Alonso Ruizpalacios (Ciudad de México, 1978) ser padre por segunda ocasión un día después de haber finalizado el rodaje de Museo, su también segundo largometraje; celebrar el estreno mundial en una pantalla de más de 140 metros cuadrados en el emblemático Berlinale Palast, sala de cine con capacidad para casi 2 mil espectadores en cinco niveles, y ganarse la simpatía del público alemán y del afilado ojo de críticos de cine y periodistas del mundo que acuden al festival de cine de Berlín, uno de los más importantes de Europa, se antojan como envíos del universo envueltos en caja de regalo con brillitos dorados y plateados.

Aplausos, risas, buen humor, calidez y buen cine llegaron a Berlín de la mano de la cinta mexicana Museo, que compite al lado de otras 18 por el codiciado Oso de Oro de la Berlinale.

Protagonizada por Gael García Bernal (Juan) y Leonardo Ortizgris (Wilson), la cinta acompaña al espectador bajo diversos estilos de cine, que van desde el roadmovie al llamado buddymovie –filmes que muestran la amistad entre dos protagonistas como la principal relación en la trama– con elementos de thriller ensalzados con atinados destellos fotográficos.

Museo es una película inspirada en sucesos reales ocurridos en 1985 en Ciudad de México, sobre lo que se considera el robo más grande de piezas arqueológicas en la historia reciente del país, cuyo guión comenzó a gestar hace 10 años Manuel Alcalá en coautoría con el cineasta, quien en 2015 empezó a darle forma.

En las primeras horas del 25 de diciembre de 1985, a sólo tres meses de los terremotos que sacudieron Ciudad de México, Carlos Perches Treviño y Ramón Sardina García, de 21 años, estudiantes de veterinaria, saltaron la cerca del Museo Nacional de Antropología (MNA) y entraron a las instalaciones a través de los ductos de aire acondicionado.

Entre la una y las cuatro de la madrugada sustrajeron 140 piezas de las colecciones maya, mexica y oaxaqueña. Los vigilantes del museo celebraban la Navidad en otro extremo del recinto.

Entre las piezas robadas se encontraba una vasija azteca de obsidiana con forma de mono y casi la totalidad de la ofrenda del rey Pakal, procedente del templo de las inscripciones de Palenque. Estos objetos son parte de la narración de la cinta.

Ramiro Ruiz, fiel productor del trabajo de Alonso Ruizpalacios desde Güeros, su primer largometraje, ganador en Berlín en 2014 del Oso de Plata como opera prima, describió en conferencia de prensa el hábitat de los jóvenes que perpetraron el robo y lo que representa en el contexto urbano de Ciudad de México la zona de Satélite.

Ruizpalacios explicó que para el rodaje fue prácticamente imposible entrar en contacto con los autores del robo y sus familias, quienes no querían tener nada que ver, lo cual le permitió la libertad de elaborar su propia historia, centrándose en una especie de viaje interior a los perpetradores del robo.

Para los realizadores de Museo hay muchas historias de un hecho que nunca fue del todo aclarado, y que se alimentó de muchos rumores y fantasías.

Ciudad de México, años 80

Ruizpalacios recrea el México de los años 80 y permite al espectador recorrer uno de los recintos más respetados y admirados de México en el mundo entero, el Museo Nacional de Antropología, mientras los protagonistas huyen al sur de México intentando vender las piezas robadas. Además, muestra imágenes de la zona arqueológica de Palenque, en Chiapas. Ruizpalacios también atina en la elección musical, que incluye pasajes de La noche de los mayas, suite del compositor mexicano Silvestre Revueltas.

Andreas Hagemoser, periodista y crítico de cine alemán definió Museo como una cinta muy mexicana y muy bien lograda, donde vemos las diferentes facetas de ese maravilloso país, sus fuertes valores familiares, el maravilloso Museo Nacional de Antropología y la gama de colores de ese país que sólo podría lograrse con la atinada elección de Ruizpalacios de filmar en 35 milímetros, lo cual permite una analogía casi perfecta del paisaje mexicano.

Mayúscula sorpresa se vivió en Berlín ante la inesperada presencia de Gael García Bernal, quien llegó casi al concluir la conferencia de prensa procedente de Argentina.

Dieter Kosslik, emblemático director de la Berlinale, quien en esta edición se despide del festival, apareció también de manera sorpresiva para darle un efusivo abrazo y decirle: lo lograste, frase que resonó en toda la sala.