Opinión
Ver día anteriorViernes 16 de febrero de 2018Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Ruta Sonora

Lo rifado de 2017 (electrónica, parte 1)

U

no de los rasgos más atractivos de la música electrónica actual es que en dicha área la creatividad no parece agotarse, ni lo producido deja de sonar nuevo cada vez. La libertad es mucha, pues las reglas de su circuito no están ceñidas a las ventas ni a la imagen. Además, en él hay muchas más mujeres creando que en el rock. Es grata noticia advertir de que en 2017 las artistas más sobresalientes de este perfil, ya sea experimental o para la pista, son mujeres. Hoy, la primera parte de este recuento, quizás algo tardío, pero no de menor vanguardia en cuanto a contenido y asombro.

1. Arca: Arca (Venezuela / Estados Unidos). Alejandro Ghersi, productor estrella del último lustro por su innovación y originalidad, de influencia soul y R&B, antes sólo experimental e impenetrable, en su tercer disco logra además sonar pop y cantar por primera vez de forma hermosa, tristísima (en español), mientras refina su estilo de retruécanos rítmicos, beats fracturados cual espejos rotos, entre fastuosas cuerdas orquestales. Asombroso, elegante, indispensable.

2. Jlin: Black Origami (Estados Unidos). Jerrilynn Patton (yéi-lin) dejó de trabajar en una fábrica de acero para, en su segundo disco, arrojar una magnífica, original y entrecortada mezcla de ascendencia bass, a la vez digital y orgánica, primitiva (procesadas percusiones que emulan madera, africanas y arabescas; voces acuchilladas, usadas como instrumento). Con maestría, aun siendo exuberante en sus beats, no atasca. Exótico, fascinante.

3. Lee Gamble. Mnestic Pressure (Inglaterra). Influido por Autechre y Andy Stot, hace un pasmoso e intrincado disco que mixtura suavidad y tensión etérea en los timbres sintéticos y digitales, con acelere jungle en los beats, más como arreglo que como un chapuzón de lleno al género. Fantástico, inventivo, sideral, adictivo.

4. Colleen. A flame my love, a frequency (Francia). Con más de 20 años de trabajo, la productora y cantante Cécile Schott entrega esta bella fantasía de dream-pop experimental, donde teclados modulares mil arpegian las olas texturizadas de su amor vocal, vaporoso, lleno de ecos, sin usar un solo beat. Extraordinario.

5. Kaitlyn Aurelia Smith: The Kid (Estados Unidos). Que su flotante y bello canto pop no los confunda: esta compositora y productora forja geniales, coloridos, lúdicos y redondos temas, plenos de torcidos arreglos de ensueño modular y paisajismo sintético, atrevidos e imaginativos, sin dejar atrás el gozo.

6. The Bug & Earth: Concrete Desert (Inglaterra, Estados Unidos). El londinense Kevin Martin, maestro de la compresión y el dubstep cerdo, se une a Dylan Carlson de la banda de metal-drone Earth, para arrojar una espléndida pieza de vibra oscurísima, fragmentada: atmósferas densas, asfixiantes, industriales, envueltas en guitarras eléctricas circulares y malditas. Apocalíptico, amenazante.

7. Actress: AZD (Inglaterra). Lo que comienza como un álbum de house-tech envolvente, sensual, recóndito y selvático, se va transformando en las consolas del avezado productor Darren Cunningham en un trabajo más conceptual, cuya segunda mitad brinda tanto ilusiones dream-pop como enmarañados collages más arty, ambients ruidistas y computadoras bailarinas. Brillante.

8. Félicia Atkinson, Hand In Hand (Francia). En su sexto disco, esta artista sonora fabrica desde los alpes secretos mínimos y delicados, digitales y analógicos, entre susurros multilingües, campanas, tensión boscosa, marimbas aisladas y rechinidos ambient: toda una placidez poético-onírica.

9. Laurel Halo. Dust (Estados Unidos/Alemania). Avecindada en Berlín, esta veterana del alt-techno, en su cuarto disco entrega un horizonte feliz, aunque laberíntico, lleno de detalles sónicos, donde caben tanto una rítmica discontinua con fragmentos house o jazzy, como percusiones tribales, bajos groovies y cuantiosos coros vocales de talante alegre, soleado. Versátil, caleidoscópica.

10. Fever Ray: Plunge (Suecia) y Kelly Lee Owens: Kelly Lee Owens (Inglaterra). Empate entre dos talentosas. La primera, Karin Dreijer, mitad del dueto The Knife, a ocho años de su primer solista, resurge como la princesa de hielo que es, con su canto pop robótico, agudo, y ese toque synth-tropical que suele irrumpir en medio de su atascada y sombría forma de acomodar los beats. La segunda, cantante y productora, debuta con un exquisito e ingenioso álbum de downtempo, que igual funde dream-pop con techno atmosférico: jubiloso, nocturno y bailable, llena de suavidad lo que toca.

www.patipenaloza.blogspot.mx

Twitter: patipenaloza