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Negocios y Empresas

El tren de la corrupción

A

principios de este año, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Comunicaciones y Transportes, anunció que el Programa Nacional de Infraestructura tenía un avance de 84 por ciento. Ni más ni menos, un dato preciso. En el caso concreto de ferrocarriles, anunció que pronto se concluirían el interurbano México-Toluca y el ligero de Guadalajara. Con esos dos trenes se da por satisfecho el gobierno de la República, luego de que firmó ante notario una serie de compromisos incumplidos.

Lo que no mencionó Ruiz Esparza es que el desarrollo del tren rápido México-Querétaro, licitado y aprobado a principios de sexenio, en el que ganó China Railway Corporation, de Meng Feng Chao, junto con Grupo Higa, de Juan Armando Hinojosa, se quedó durmiendo el sueño de los justos, debido al escándalo de la casa blanca de la familia presidencial y de la casa de Malinalco de Luis Videgaray.

Hasta ahora hay versiones de que se compensó con 20 millones de dólares a China Railway por la cancelación de la obra y que con dichos recursos el tema quedó olvidado. Por supuesto, no se habla de compensaciones a Grupo Higa, no vaya a ser que se piense mal de nuestro señor Presidente. Pero fuentes generalmente bien informadas hablan de un proceso de arbitraje internacional por el incumplimiento del contrato respectivo. Lo cierto es que, hasta ahora, el gobierno no ha presentado documento alguno en el que demuestre que el proceso está saldado y es muy posible que el problema legal se herede a la siguiente administración o que las autoridades chinas utilicen ese incumplimiento para presionar en temas políticos o económicos a México.

Lo que tampoco queda claro es el motivo de la cancelación del proyecto ferroviario más importante del sexenio, si todo era legal y transparente. China Railway no tiene problemas técnicos ni de financiamiento. China tiene la mejor tecnología en ese tipo de infraestructura y construye cientos de kilómetros de vías férreas año tras año. He tenido el gusto de comprobar su eficiencia al viajar en un tren de levitación magnética en Shangai, el más veloz del mundo.

Por lo pronto, los intereses de distinguidos miembros del gobierno y de constructores ligados al Presidente se encuentran entre las principales limitantes al desarrollo de la infraestructura de nuestro país.