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Restituirlo no procede; pertenece a Austria, aclara Sabine Haag en charla con La Jornada

Colaboración binacional, única vía en el asunto del Penacho de Moctezuma

La condición legal de ese tocado está esclarecida, pues el gobierno de México se somete a las normas jurídicas del patrimonio mundial, explica la directora del Museo del Mundo de Viena

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Steven Engelsman y Sabine Haag, directora general del Museo del Mundo de Viena, en la galería Dentro de la sombra del colonialismo en ese recinto cuyo remozamiento duró tres añosFoto © KHM-Museumsverband
Especial para La Jornada
Periódico La Jornada
Sábado 10 de febrero de 2018, p. 3

Viena.

El Penacho de Moctezuma pertenece a la República de Austria y es uno de los iconos del Museo del Mundo de ese país, explica Sabine Haag, directora de ese recinto, en entrevista con La Jornada.

Además, el gobierno de México nunca ha solicitado su restitución, sólo se han atendido peticiones de grupos civiles, y se ha sometido a los acuerdos legales del patrimonio mundial, no sólo para esta pieza sino para las restantes de nuestra colección.

El asunto no es en términos de devolución, sino de la posibilidad de entablar una cooperación entre ambos países.

–¿La disputa de la petición de restitución del penacho, particularmente intensa en los años 80 y 90 del siglo pasado, ha concluido?

–La condición legal del penacho está aclarada. Pertenece a la República de Austria, como el resto de los objetos del museo. El penacho es una de las piezas icónicas del Weltmuseum de Viena, donde llegó en 1928. Sin embargo, se tiene registro histórico en la colección de Ambras de Fernando II, en Innsbruck, desde 1560-1565.

Jamás ha habido una petición formal del gobierno mexicano para su restitución. Únicamente solicitudes informales de varios grupos civiles que han sido atendidas por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Austria.

Interés de la sociedad civil

–En 1996 viajó a Austria una delegación del gobierno mexicano para solicitar de manera oficial, aunque tibia, el penacho. ¿Así fue?

–Nunca ha habido una petición legal, sólida, de México.

–¿La petición de restitución del penacho no ha sido del interés de ningún gobierno mexicano, sino de la sociedad civil?

–Así es. El gobierno mexicano se ha adecuado a los acuerdos legales del patrimonio mundial, no sólo para esta pieza, sino para las restantes de nuestra colección.

–¿Si el gobierno mexicano hiciera una petición oficial en términos legales tendría el derecho de obtenerlo?

–No, ninguno, porque legalmente pertenece a Austria.

–¿La cooperación bilateral entre un equipo multidisciplinario de especialistas mexicanos de la Universidad Nacional Autónoma de México y austriacos, para restaurar el Penacho de 2010 a 2012, marcó el final de la querella?

–Sí. Sabemos el alto valor simbólico del objeto para los mexicanos y por eso emprendimos el proyecto que menciona. Se efectuó una investigación profunda, en particular, sobre conservación que incluyó varias publicaciones.

“La cuestión no es en términos de devolución, sino en la posibilidad de establecer una cooperación entre ambos países, así como en la forma en que el museo o el Estado puedan hacer accesibles los objetos a la comunidad mundial aprovechando la tecnología y otros recursos.

“Estamos planeando una versión digital del penacho. Asimismo tenemos la política de que los mexicanos que visitan el Weltmuseum entran gratuitamente.

–En 2102 hubo polémica sobre el posible préstamo del penacho a México para una exposición. Personajes como Eduardo Matos Moctezuma se opusieron. El arqueólogo lo consideró un antecedente negativo, porque es un objeto que pertenece a México. Para ello mencionó los artículos 27 y 28 de la Constitución mexicana, concluyendo que el obejto es propiedad de la nación. ¿Qué opina?

–No hay ningún derecho de obtenerlo porque legalmente pertenece a Austria. Por añadidura el penacho no se prestaría en ningún caso por su delicado estado de conservación. No puede salir del museo, ni prestarse a algún país.

–Fuentes periodísticas documentan cómo el tema de la restitución inviable por razones de conservación tiene una larga historia. Teresa Franco, entonces titular del Instituto Nacional de Antropología e Historia, dijo: Han desaparecido algunos argumentos, como el que se utilizó durante mucho tiempo en el sentido de que el penacho pudiera sufrir daños materiales en su traslado. Se ha logrado en la polémica que este argumento se diluya como pretexto para detener el examen objetivo del caso (La Jornada 2/08/1996). Además, la restauradora mexicana María Olvido Moreno declaró que el restauro del penacho lo dejamos en las suficientes buenas condiciones y estable para que no tenga que ser tocado en el próximo siglo. A ello se añade que fue tomado en consideración el proyecto de un préstamo temporal sólo en 2011 (La Jornada 8/9/13), lo cual era una posibilidad.

–¿Decir que el penacho no puede restituirse a México porque la ley austriaca lo impide y no por su delicado estado de conservación, no son motivos suficientes?

–Eso es reiterativo. Resumo: el penacho pertenece legalmente a Austria. No es una cuestión del museo, sino de la ley. Por motivos de conservación tiene que estar en su lugar. Los conservadores mexicanos y todos aquellos que participaron en el proyecto estuvieron de acuerdo en ello.

–¿Que fue de la propuesta del intercambio del penacho por la carroza dorada de Maximiliano? ¿Sigue siendo válida?

–Existe la posibilidad de un intercambio cultural, que aún se delinea entre ambos países.