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México crece más

FMI: en 2018, 2.3%

TLCAN: tono fúnebre

C

on la novedad, mexicanos timados, de que justo en este 2018, de trifulcas políticas y cataclismos económicos, el producto interno bruto (PIB) mexicano crecería más de lo previsto (¿dónde hemos escuchado esa frase?), y tanto avanzaría que la diferencia entre la estimación previa (octubre de 2017) y la actual a duras penas sería de ¡cuatro décimas! de punto porcentual, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.

El organismo divulgó ayer la actualización de sus Perspectivas de la economía mundial, en las cuales prevé que el PIB mexicano crecerá 2.3 por ciento, contra el 1.9 estimado por él en octubre pasado. Así, si es que llega a concretarse dicho pronóstico, el sexenio que llegó para mover a México habrá registrado una tasa anual promedio de crecimiento de 2.1 por ciento, proporción apenas por arriba de la registrada por Felipe Calderón (1.9 por ciento) y no muy debajo de Vicente Fox (2.3 por ciento).

Tal logro del gobierno peñanietista se registró con todo y el cúmulo de reformas que los mexicanos quieren (EPN dixit), cuya puesta en marcha permitiría –según promesa oficial– crecer a una tasa de 5 por ciento anual en el último bienio del actual sexenio. Sin embargo, como es notorio, tal oferta, como tantas otras, no trascendió el discurso.

El cada día más tenso ambiente electoral que vive el país y el resultado negativo que el gobierno peñanietista obtendría de la modernización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) no hace mella en el optimismo del FMI, pues si en México ya se ve venir el efecto negativo por la reforma fiscal de Donald Trump, el organismo financiero sostiene que tal modificación tributaria impulsaría pasajeramente el crecimiento económico estadunidense, “y sus socios comerciales –sobre todo Canadá y México– se beneficiarán de los efectos favorables en la demanda durante este periodo”. Y justo este par de socios comerciales resultaría severamente afectado por la eventual salida estadunidense del TLCAN.

Por lo que toca al mercado cambiario, el FMI precisó que en 2017 el peso mexicano fue una de las monedas más afectadas, pues acumuló una depreciación de 7 por ciento (en tiempos pre neoliberales simple y sencillamente se llamaba devaluación), como consecuencia de la renovada incertidumbre en torno a las actuales negociaciones sobre el TLCAN.

Para el caso latinoamericano el fondo prevé que en 2018 “la recuperación se fortalecerá y el crecimiento sería de 1.9 por ciento y 2.6 por ciento en 2019 (0.2 puntos porcentuales más alto). Este cambio es atribuible a la mejora de las perspectivas de México, que se beneficiará del fortalecimiento de la demanda estadunidense, el afianzamiento de la recuperación de Brasil y los efectos favorables del alza de precios de las materias primas y la distensión de las condiciones financieras en algunos países exportadores de materias primas. Estas revisiones al alza compensan holgadamente las nuevas revisiones a la baja de la economía venezolana”.

Las perspectivas mundiales a mediano plazo, apunta el fondo, están empañadas también por tensiones geopolíticas, especialmente en Asia oriental y Oriente Medio. La incertidumbre política podría dar lugar a riesgos en torno a la implementación de reformas o a la posibilidad de que los programas de políticas se reorienten, por ejemplo, en el contexto de las inminentes elecciones que celebrarán varios países (Brasil, Colombia, Italia y México).

Entonces, ¡felicidades!, mexicanos crédulos, porque la economía mexicana crecería más. Pero en vía de mientras el FMI estima que la actividad económica mundial sigue fortaleciéndose y calcula que el PIB aumentó 3.7 por ciento en 2017, 0.1 puntos porcentuales más rápido que las proyecciones de octubre pasado y medio punto porcentual más que en 2016.

Este repunte del crecimiento es generalizado y fue sorpresivamente marcado en Europa y Asia. Las proyecciones del crecimiento global para 2018 y 2019 han sido revisadas al alza en dos décimas de punto porcentual, es decir, a 3.9 por ciento. Esta revisión refleja la intensificación del ímpetu mundial y el impacto que se prevé que tengan los cambios de la política tributaria en Estados Unidos recientemente aprobados, asegura el citado organismo financiero.

Para el FMI, las modificaciones de la política tributaria estadunidense estimularán la actividad; el impacto a corto plazo en Estados Unidos será consecuencia, más que nada, de la respuesta de la inversión a los recortes de las tasas impositivas aplicadas a las empresas. El efecto estimado en el crecimiento del país será positivo hasta 2020, para cuando ascenderá acumulativamente a 1.2 por ciento, si bien hay un rango de incertidumbre en torno a este escenario central. Debido a la naturaleza temporal de algunas de sus disposiciones, el programa de políticas tributarias reducirá el crecimiento durante algunos años a partir de 2022. Los efectos del programa en el producto de Estados Unidos y sus socios comerciales contribuirán alrededor de la mitad de la revisión acumulativa del crecimiento mundial durante el período 2018-19.

Los riesgos para las perspectivas mundiales de crecimiento parecen estar ampliamente equilibrados a corto plazo, pero continúan inclinándose a la baja a mediano plazo. Del lado positivo, el repunte cíclico podría resultar más vigoroso a corto plazo, a medida que el repunte de la actividad y la distensión de las condiciones financieras se refuercen mutuamente. Del lado negativo, las elevadas valoraciones de los activos y la fuerte compresión de las primas por plazo plantean la posibilidad de una corrección en los mercados financieros, que podría asestar un golpe al crecimiento y a la confianza.

Por último, el organismo financiero considera que si permanece el fuerte nivel de confianza en los mercados internacionales y la inflación se mantiene apagada, las condiciones financieras podrían continuar siendo favorables a mediano plazo y conducir a una acumulación de vulnerabilidades financieras tanto en las economías avanzadas como en las de mercados emergentes. Entre otros riesgos a la baja están las medidas aislacionistas, las tensiones geopolíticas y la incertidumbre política observada en algunos países.

Las rebanadas del pastel

Con tono fúnebre, el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y la ministra de Asuntos Exteriores de Canadá, Chrystia Freeland, prevén que será crítica la sexta ronda sobre TLCAN, la cual, formalmente, arranca hoy en Montreal. ¿Se formalizará el deceso del mecanismo comercial?

Twitter: @cafevega