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La llegada de las fuerzas armadas aminoró un camino hacia el desastre

La Ley de Seguridad Interior legaliza la presencia castrense en calles: arquidiócesis
 
Periódico La Jornada
Martes 26 de diciembre de 2017, p. 7

La Arquidiócesis de México aseguró que el mejor deseo para estas fiestas de fin de año es que la Ley de Seguridad Interior tenga como eje rector el respeto total a los derechos humanos de los ciudadanos que quieren vivir en paz. También, que considere la progresiva y adecuada intervención de fuerzas civiles dotadas de tecnología y profesionalización.

En el editorial del semanario Desde la fe, aseguró que la presencia de las fuerzas armadas en las calles aminoró un camino hacia el desastre, e insistió en que la legislación promulgada por el Ejecutivo debe respetar las garantías individuales.

El texto resaltó que antes de que intervinieran las fuerzas armadas en el combate al crimen organizado los enemigos de México se habían hecho del control de comunidades y municipios enteros y añadió que candidatos iban y venían por voluntad de capos y mafiosos.

Asimismo, “la economía de lugares estratégicos pasaba por la fiscalización del narco, controlando hasta las importaciones en puertos”; consideró que la corrupción, madre de todos los vicios, engendró ese monstruo que se comió a los cuerpos policiales, nada escapó a su poder y malignidad.

Subrayó que una década después de que más fuerzas armadas intervinieran en labores de seguridad, las actividades de éstas “no tenían salida satisfactoria para que nuestros soldados cumplieran sus funciones legales y de protección a la población en materia de seguridad pública.

Poco a poco han asumido roles que, en su momento, la autoridad civil ejercía, desplazándola ante irregularidades o casos de corrupción. Ahora la ley de seguridad interna parece legalizar la presencia de elementos castrenses en las calles.

Destacó que en medio de este panorama no puede dejarse de lado que las fuerzas armadas gozan de la mayor credibilidad entre todas las instituciones del país; sin embargo, el desgaste de los elementos castrenses incide en esta pretendida eficacia de una guerra que debe combatirse a través de otros elementos debidamente calificados.

El editorial remarcó que la Ley de Seguridad Interior debería cubrir cualquier laguna, porque nada en este tema se debe dar por sentado o por libre interpretación, y menos al arbitrio discrecional de gobernantes a los que se ha probado nula capacidad para resolver problemas y más bien fueron aliados de grupos criminales.

Criticó que se haya erogado tanto dinero que representa una sangría de recursos económicos sin efectividad.