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Expertos encontraron 11 tipos en una roca, tras moler durante una década

Microfósiles australianos, evidencia más antigua de vida en la Tierra

La piedra es el primer sitio en el que se tienen tanto morfología como huella química de su presencia, explican

De hace 3 mil 500 años, muchos son del grosor de un cabello humano

 
Periódico La Jornada
Miércoles 20 de diciembre de 2017, p. 2

Washington y Canberra.

Luego de más de 10 años de arduo trabajo moliendo una roca australiana que contiene fósiles más pequeños de lo que el ojo puede ver, científicos confirmaron el lunes la más antigua evidencia directa de vida en la Tierra.

Los fósiles microscópicos de 3 mil 500 millones de años, muchos de ellos tan anchos como un cabello humano, son descritos en la revista Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos.

Antes se había informado de signos incluso más tempranos de vida, en fósiles, remontándose a 3 mil 900 millones de años, pero esos estudios se basaban en una forma aparente de microfósil o en un rastro químico, no en ambos.

Ninguna de esas investigaciones se considera prueba de vida, señaló John Valley, autor principal del estudio y profesor de geociencia de la Universidad de Wisconsin-Madison.

Este es el primer y más antiguo lugar donde tenemos tanto la morfología como la huella química de la vida.

En la roca se conservan 11 tipos de microbios. Algunas de las bacterias están extintas, mientras otras son similares a microorganismos contemporáneos.

Los pequeños fósiles se encontraron en 1982 en el depósito de sílex de Apex, en Australia Occidental.

Se publicaron dos artículos científicos sobre sus aparentes contenidos microbianos, uno en 1993 y otro en 2002.

Minerales extraños, según críticos

Sin embargo, los críticos sugirieron que no eran vida, sino minerales extraños que simplemente parecían especímenes biológicos.

Por eso, Valley y sus colegas, incluido el coautor William Schopf, profesor de paleobiología en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA), trabajaron una década para desarrollar una técnica para separar el contenido de los diminutos fósiles.

Investigadores de la Universidad de Wisconsin-Madison modificaron una herramienta para pulir la muestra original un micrómetro a la vez, sin destruir los fósiles que estaban suspendidos en diferentes niveles dentro de la roca y encerrados en una dura capa de cuarzo, señaló el informe.

Cada microfósil tiene unos 10 micrómetros de ancho; ocho de ellos podrían caber a lo ancho de un cabello humano, indicó.

La técnica permitió a los científicos detectar proporciones de carbono 12 y carbono 13 dentro de cada fósil y compararlas con una sección de la roca que no tenía restos.

Las diferencias en las proporciones de isótopos de carbono se correlacionan con sus formas, explicó Valley. Si no son biológicos, no hay razón para tal correlación.

El hecho de que diferentes tipos de microbios ya estaban presentes hace 3 mil 500 millones de años nos dice que la vida tuvo que comenzar mucho antes en la Tierra, sin que nadie supiera cuándo, y también confirma que no es muy difícil que una forma de vida primitiva evolucione hacia microorganismos más avanzados, señaló por su parte Schopf.

Para él, este estudio, junto con otros, indica que la vida podría ser común en el cosmos.