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Emplaza su escultura monumental El ruido generado por el choque de los cuerpos

El artista Jorge Marín interviene la explanada del Palacio de Bellas Artes

En el país hay un cambio evidente y, para mí, es esperanzador, opina

Foto
Aspectos de El ruido generado por el choque de los cuerpos, escultura en bronce de Jorge Marín, que consiste en dos figuras masculinas y una femenina –papá, mamá y hermano, dijo su autor–, totalmente envueltas en telas, que transitan sobre una barca enfrente del máximo recinto cultural del paísFoto Roberto García Ortiz
 
Periódico La Jornada
Viernes 15 de diciembre de 2017, p. 4

Cuando Jorge Marín (Uruapan, 1963) creaba la escultura monumental El ruido generado por el choque de los cuerpos, justamente pensaba en México.

Siento que estamos en un momento muy especial, de crisálida. Algo se genera en el fondo de todos nosotros como individuos y comunidad. Hay un cambio que es muy evidente y, para mí, esperanzador.

El escultor hace votos para que ese cambio esperanzador salga debajo de las tres figuras humanas que articulan la obra con la que ha intervenido la explanada del Palacio de Bellas Artes.

Esperanzador no sólo por las próximas elecciones, sino luego el 19 y el 20 y el 21 y el 22. Tenemos un futuro. A pesar de sus 500 años México sigue siendo muy joven y con mucho futuro. Espero que podamos empezar a construirnos ya de una manera adulta, fuerte, para un futuro muy próspero y largo.

Realizada en bronce a la cera perdida, cuyas medidas son 220 por 700 por 100 centímetros, y un peso de mil 700 kilogramos, en esa obra se aprecian dos figuras masculinas y una femenina –papá, mamá y hermano, dijo a pregunta expresa– totalmente envueltas en telas, que transitan sobre una barca enfrente del máximo recinto cultural del país.

Ayer, en su develación ante la prensa, Marín manifestó su deseo de que cada quien encuentre su propia interpretación a la obra, cuya producción llevó dos años de trabajo y en un principio contó con el apoyo de Rafael Tovar y de Teresa (1954-2016).

La escultura forma parte de una iniciativa del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) de reconocer a los grandes escultores del país, pero también de acercarse al público, llegar a otra manera de ver el arte e introducir al Museo del Palacio de Bellas Artes en esa dinámica, apuntó Magdalena Zavala, coordinadora nacional de Artes Visuales de esa dependencia.

Para Marín el proyecto representa unos brazos que extiende el Palacio de Bellas Artes hacia la calle por diversas razones: Lo más importante es que hay un público muy grande que circula por la ciudad todos los días y que difícilmente tiene el tiempo o la inquietud para entrar a un museo a ver qué pasa adentro. Tal vez esto sea un primer paso introductorio para despertar inquietud en el público bien grande para que después pregunte, ¿el arte contemporáneo, qué es? y seguro allá adentro hay más porque es un museo.

Jorge Marín aconsejó a los transeúntes no pensar en el título de la obra y tratar de ver lo que pueden sentir. Ver qué ruido nos generó dentro de nosotros o qué inquietud nos provocó.

Consideró que la explanada del Palacio de Bellas Artes es un espacio muy plural, con un público muy diverso; entonces, tenía que buscar la manera de representar lo que es mi momento histórico en este país, aunque también buscar que las personas se apropiaran en lo individual de la pieza. Por eso hay iconos muy universales que a todo mundo motivan, sin embargo empleados de una forma un tanto inquietante o inusual.

Respecto de su manera de convertir el bronce en material maleable, explicó: “Me gustó mucho jugar, truquear con el efecto del bronce. Si antes se consideraba un material frío, hoy se convierte en tela, en madera, se transforma en un cuerpo humano. Tengo 25 años de hacer escultura, entonces más que un trabajo difícil es un placer manipular de esa manera la textura del bronce”.

En ese acto también estuvieron Lidia Camacho, directora general del INBA, y Miguel Fernández, director del museo. La obra concluirá exhibición el 11 de marzo.