Los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) prácticamente ya tienen pactado el relevo del titular de la Unidad Técnica de Fiscalización (UTF), Eduardo Gurza, cuya renuncia –ya en poder del consejero presidente, Lorenzo Córdova– tiene vigencia a partir del 31 de diciembre. En su lugar, casi es un hecho que llegará Lisandro Núñez, actual titular de la Administración General de Recaudación del Servicio de Administración Tributario (SAT), pues ya se tiene el respaldo suficiente para votar su nombramiento en la próxima sesión del Consejo General.

Desde que trascendió que Córdova lo había propuesto hace unas semanas para ocupar el cargo –como lo publicó La Jornada en su momento– se generaron cuestionamientos de los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Morena por la cercanía que tendría con el actual precandidato presidencial del Revolucionario Institucional (PRI), José Antonio Meade, por su desempeño como secretario de Hacienda y Crédito Público. Sin embargo, entre la mayoría de los consejeros se ha desestimado que haya una relación estrecha que impida su designación.

En principio, el ascendiente que en el INE se tiene de Núñez es con el actual ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Alfredo Gutiérrez Ortiz Mena, quien entre julio de 2008 y noviembre de 2012 se desempeñó de jefe del SAT. Núñez ocupó el cargo de administrador general de Recaudación en el gobierno de Felipe Calderón, cuando Gutiérrez Ortiz Mena era el jefe del SAT, pero Meade era el titular de la Secretaría de Hacienda.

El funcionario del SAT descarta conflicto de intereses

En entrevista que concedió a este diario, Núñez justificó lo que a su juicio era ausencia de conflicto de intereses: Mi crecimiento en el SAT ha sido por méritos profesionales (asegura que llegó en 1992 al escalafón más bajo), y el nombramiento que en su momento le propuso el doctor Meade al entonces presidente fue por una trayectoria laboral. En el Senado me aprobaron todos.

La salida de Gurza obedeció al desgaste acelerado en su encargo que le implicó la fiscalización de los gastos de las campañas locales celebradas en junio, en especial, el complejo procedimiento que desató la fiscalización de la campaña del ahora gobernador de Coahuila, Miguel Ángel Riquelme y que para el INE, rebasó los topes de gastos de campaña más allá del 5 por ciento permitido, pero que en su momento revirtió el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.

Aunque el proyecto original de dictamen de la UTF –elaborado por Gurza- apuntaba a un gasto de campaña similar al que finalmente el TEPJF avaló, en el tortuoso proceso de fiscalización, Gurza habría tenido desencuentros constantes con el consejero Ciro Murayama, presidente de la Comisión de Fiscalización y hombre muy cercano a Córdova, lo que habría precipitado su salida.