La oreja izquierda de Stephen Smith estaba rajada de forma escalofriante. Un contacto extraño con Francisco Bandido Vargas la cortó dejando una muesca grotesca. Smith vio con espanto cómo chorreaba sangre y Vargas también reflejaba preocupación. La contienda fue detenida en ese instante, en el noveno episodio de la pelea que representó el regreso al cuadrilátero del mexicano.

La victoria fue para Vargas por decisión técnica unánime, pero no celebró. Levantó los brazos de manera discreta y apenas cambió su rostro. No celebré demasiado, cuenta el Bandido; no quería que pareciera burla y me preocupaba la situación de mi rival.

Vargas sabe de sangre. Tiene un estilo aguerrido y suele terminar los combates con cortes fieros, con rostro y cuerpo ensangrentados. Las heridas en la cara por su entrega requirieron cirugía y un descanso de casi un año. El sábado en Las Vegas regresaba tras esa pausa.

A veces el boxeo nos recuerda que uno sube sin saber cómo va a bajar, indica el Bandido; este un negocio de riesgo y siempre puede terminar mal.

No se explica bien cómo ocurrió la lesión de su adversario. Cuando trata de recrear la secuencia piensa que fue por los constantes abrazos de Smith, un recurso para contenerlo, a los que respondió con golpes en el costado izquierdo. La oreja estaba muy inflamada por el castigo. Se trenzaron con los brazos y tras un roce la oreja parecía partida por un cuchillo filoso.

Me sorprendió ver la oreja así, reconoce Vargas; era muy impactante mirarla colgando.

Vargas bajó contento por haber regresado al boxeo, por la fuerza que sintió y el ritmo que mantuvo. Pero nada más. Al irse vio que los servicios médicos atendían a Smith, quien más tarde fue suturado en un hospital, según contó el británico en su cuenta de Instagram.

Cuando lo vi le pregunté cómo se sentía, señala Vargas; me despedí y le desee que se recuperara.

Después de la victoria, aviva sus planes. Quiere la revancha contra Miguel Berchelt, quien le arrebató el campeonato superpluma del Consejo Mundial de Boxeo, título al que también desea de regreso.

Una categoría que –admite– se vuelve más interesante con varios contendientes difíciles, pero donde la máxima figura es el ucranio Vasyl Lomachenko y de la que se despidió con derrota el mexicano Orlando Salido el sábado pasado. Todos queremos pelear contra Lomachenko, porque ahí es donde se puede ganar una buena bolsa, admite.