Opinión
Ver día anteriorViernes 8 de diciembre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Economía Moral

Se cumplen 150 años de la publicación del volumen I de El capital, de Marx / V

Esquema lógico-histórico del vol. I; capitalismo: fuerzas productivas y destructivas

Foto
C

oncluyo mi reseña del primer capítulo de El capital. Cien años de controversias en torno a la obra de Karl Marx (Siglo XXI editores, 1985, referido como EM85) de Ernest Mandel (EM). Retomo la numeración de entregas anteriores.

15. Con la maquinaria (la nueva herramienta), dice EM, aparece una nueva forma de alienación: de la forma y contenido del trabajo, y ya no sólo de su producto. Podemos ir más allá recordando el siguiente párrafo de EC:

“Concebimos el trabajo bajo una forma en la cual pertenece exclusivamente al hombre. Una araña ejecuta operaciones que recuerdan las del tejedor, y una abeja avergonzaría, por la construcción de las celdillas de su panal, a más de un maestro albañil. Pero lo que distingue ventajosamente al peor maestro albañil de la mejor abeja es que el primero ha modelado la celdilla en su cabeza antes de construirla en la cera. Al consumarse el proceso de trabajo surge un resultado que antes del comienzo de aquél ya existía en la imaginación del obrero, o sea idealmente. El obrero no sólo efectúa un cambio de forma de lo natural; en lo natural, al mismo tiempo, efectiviza su propio objetivo, objetivo que él sabe que determina, como una ley, el modo y manera de su accionar y al que tiene que subordinar su voluntad…”. (p. 216, Tomo I, Vol. I, Libro Primero de EC, Siglo XXI editores).

Aplicando la concepción de trabajo humano de este párrafo al trabajador sometido, subsumido a un proceso maquinizado capitalista, resulta claro que su trabajo deja de ser trabajo humano, porque el resultado no efectiviza su propio objetivo; porque en su mente no modeló el producto antes de construirlo.

Al exponer el plan del Vol. 1 (Libro Primero) de EC, EM señala brillantemente:

“El vol. I de EC se presenta a sí mismo como una construcción rigurosamente lógica. Empezamos a partir de la forma elemental de la riqueza capitalista: la mercancía y su contradicción interna, la contradicción entre valor de uso y valor de cambio. En tanto es producida por un trabajo privado cuyo carácter social no puede ser ya reconocido… directamente por la sociedad, la mercancía sólo puede existir con su corolario necesario, el dinero, medio universal de intercambio. Pero el análisis de la circulación de mercancías acompañada… del dinero, lleva al despliegue de las potencialidades y contradicciones internas del dinero; la posibilidad de que el valor de cambio encarnado en el dinero se convierta en un agente económico autónomo; que el dinero aparezca como punto de partida y como punto final, y no sólo como intermediario, de un proceso de circulación; el dinero dedicado al acrecentamiento del dinero, esto es, del capital… Una diferencia básica entre los modos de producción precapitalista y capitalista consiste en que bajo el capitalismo el capital no sólo se apropia del plusvalor, lo produce… Marx inicia EC con todo un volumen dedicado a un extenso análisis del proceso de producción… que es al mismo tiempo proceso de producción de valor, proceso de producción de plusvalor, proceso de producción de capital y proceso de producción y reproducción constante de las relaciones sociales básicas antagónicas: la relación entre trabajo asalariado y capital…” (EM85, pp. 30-31; he hecho cambios a la traducción).

17. Al presentar la estructura de las secciones del vol. I de EC, subdividiendo sólo la sección I en los tres capítulos que la constituyen, y sustituyendo sus títulos por una frase que explica su contenido, EM transmite cómo se despliega esta lógica impecable del análisis y como se corresponde aproximadamente al proceso histórico. He añadido un desglose por capítulos también en la sección III, para resaltar el capítulo V que me parece que es, junto con el capítulo I, pieza central de EC (véase recuadro):

18. EM continúa señalando que: “Al final del libro I regresamos al punto de partida:

la riqueza capitalista. Pero ya no la entendemos simplemente como la suma de ‘formas elementales’, un cúmulo de mercancías (aunque también es este cúmulo). La vemos ahora como el resultado de un proceso gigantesco de producción de valor, de extracción de plusvalor, a partir del trabajo vivo; como un movimiento gigantesco que constantemente revoluciona los medios de producción, la organización de la producción, el proceso de trabajo y los propios productores. La fórmula ‘capital-valor en busca de valor adicional’ se entiende ahora como el capital que organiza el proceso de autovalorización, un proceso constante que busca aumentar su propio valor a través de la unidad del proceso de trabajo y el proceso de producción del valor incrementado. Así entendemos de una manera más completa porque un análisis del capitalismo debe aclarar primero todo lo que acontece en el curso del proceso de producción.” (EM85, p. 34).

19. EM se pregunta si Marx es un ludita o un admirador del cambio tecnológico que puso en él toda su esperanza. Responde que Marx evita estas dos trampas, tanto la del romántico conservador como la del mecanicista inhumano. Y añade:

“En pasajes clásicos de los Grundrisse, [Marx] destaca los aspectos civilizatorios y progresistas del capitalismo, su impulso gigante para desarrollar las fuerzas sociales de producción, su búsqueda inquebrantable de nuevas formas y medios de economizar trabajo, de nuevas necesidades… que ayuden a desarrollar las posibilidades ilimitadas del hombre. Pero también muestra cómo la forma específicamente capitalista de este desarrollo multiplica por 10 el potencial inhumano de la tecnología, la maquinaria y el valor de cambio se ‘enloquecen’ (esto es, se vuelven fines en sí mismos). El capitalismo subordina los hombres a las máquinas en vez de usar las máquinas para liberar a los hombres de la carga del trabajo mecánico y repetitivo. Subordina todas las actividades sociales a los imperativos de un impulso incesante de enriquecimiento individual en términos de dinero en vez de orientar la vida social hacia el desarrollo de individualidades ricas y sus relaciones sociales. La contradicción entre el valor de uso y el valor de cambio, inherente en cada mercancía, se despliega plenamente en esta naturaleza contradictoria de la maquinaria capitalista. Cuando el capitalismo no es derrocado una vez que ha creado las precondiciones materiales y sociales para una sociedad sin clases de productores asociados, esta contradicción implica la posibilidad de una creciente y constante transformación de las fuerzas productivas en fuerzas destructivas… no sólo fuerzas destructivas de la riqueza (crisis y guerras), de la riqueza y felicidad humanas, sino también fuerzas destructivas de la vida tout court.” (EM85, p.35)

Brillante texto. EM refiere a tres pasajes ‘clásicos’ de los Grundrisse. Son todas secciones pertinentes al tema del párrafo. Sin embargo, llama la atención que omita la sección que precede a la del capital fixe, que sí cita, titulada “Contradicción entre la base de la producción burguesa (medida de valor) y su propio desarrollo. Máquinas, etcétera.” (pp.227-230 del vol. II, edición de Siglo XXI), en la que el mismo Marx pone en duda, en la época de la gran industria, la teoría del valor y destaca el papel muy disminuido del trabajo humano (sobre todo del directo) en la creación de riqueza, así como el carácter innecesario del robo del tiempo de trabajo ajeno. (Para un análisis detallado de este pasaje véase la sección 2 de mi artículo Límites objetivos del capitalismo, múltiples tendencias que anuncian el fin del capitalismo y paradoja de Lauderdale, Mundo Siglo XXI, núm. 37, Vol. XI, 2015).

20. El texto de EM es muy extenso. A lo expuesto, siguen secciones referidas a las teorías de Marx sobre: el valor, la plusvalía, el capital, la acumulación de capital, los salarios y el dinero, sin mencionar el resto del libro referido a los volúmenes II y III de EC. Otros libros que permiten apreciar la riqueza y vigencia de EC, son el libro en tres tomos de David I. Rosenberg, Comentarios a los tres tomos de El capital, ediciones Quinto Sol, México, 1985; la Introducción a El capital de Karl Korsch a la edición que él preparó de El Capital en alemán en 1932, publicada en inglés en Karl Korsch, Three Essays on Marxism, Monthly Review Press, Nueva York, 1972; el clásico libro de Paul Sweezy, Teoría del desarrollo capitalista, FCE, 1945; y el nuevo libro de David Harvey, Marx, Capital and the Madness of Economic Reason, Oxford University Press, 2018, que planeó reseñar a partir de la próxima entrega.

julioboltvinik.org