n la Semana de las Juventudes se presentaron en el Zócalo de Ciudad de México dos de las bandas más representativas del rock mexicano y, por ende, con alto poder de convocatoria: Caifanes (viernes 10) y El Tri (sábado 11 de noviembre). También son de los grupos que arman más polémica a su alrededor. Han pasado 20 días y siguen apareciendo publicaciones en redes sociales con un subido tono maniqueo. Se cuestiona la presencia de Caifanes que, entre otras cosas, es señalado porque no han grabapo disco de estudio desde hace más de 20 años. Por otro lado, de El Tri se habla de la supuesta decadencia de Álex Lora. Igual se arguye la poca oportunidad a nuevas bandas. El tema es interesante e importante, no sólo en lo artístico, sino también en la creación de fuentes de trabajo para músicos emergentes. Lo primero es preguntarse por qué estas dos bandas, junto con otras fundadas en el siglo XX, como el Cafeta, La Maldita, Haragán, Tex Tex, Liranrol o Real de Catorce siguen vigentes. Las respuestas fáciles serían varias: no han surgido bandas con ese arrastre, no hay líderes con el carisma de Saúl, Lora, Rubén, Roco, el Haragán, Lalo, Toño o José Cruz. Un punto a destacar es el público: los chavos –y los no tan chavos– prefieren lo conocido: muy pocos acuden a una tocada donde se anuncian nuevos valores y en un concierto masivo no hacen caso a los abridores. En los espacios pequeños, los llamados tributos tienen más asistencia que una tocada con grupos de rock original. Sólo daremos un referente de un éxito inusitado: el espectáculo Rock en Tu Idioma estará hasta en el Vive Latino, mientras foros donde dan oportunidad a nuevas propuestas permanecen vacíos. Sin ser más papista que el Papa, se debe reconocer la importancia de unos de los pocos espacios dónde sí van (¿iban?) las bandas a dar a conocer su material y los asistentes prestan atención: Radio Chopo del Tianguis del mismo nombre. Allí, los asistentes sí escuchan a las bandas noveles y disfrutan a las consagradas.

Guitarras famosas a subasta. Esta noche, en el Salón Nacional de Boehmian, en la ciudad de Nueva York, se subastará un lote de guitarras históricas, entre ellas, dos de Jimi Hendrix: una Guild con la que tocó en el Monterey Pop Festival y una de las primeras Stratocaster de su propiedad usada por el icónico guitarrista en 1963. La lista continúa con una Gibson Les Paul 1953 de oro de Paul McCartney; otra de oro, Love Symbol, de Prince, y una Fender Stratocaster dorada de 1962, de Bob Dylan. Además, la Takamine EF-360 S acústica de Tom Petty, con un sonido encantador, escribió en algún momento Tom; una Fender Stratocaster firmada por Petty y todos los Heartbreakers; una Gibson Firebird de 12 cuerdas, propiedad de Johnny Winter, y un bajo Fender Precision que Bruce Springsteen tocó en su primer álbum. Si allá hay subastas, organicemos una por acá, ¿no? Je, je. Salú.

chelico68@yahoo.com