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Rinden homenaje al pintor por el sesquicentario de su natalicio y 80 años de su deceso

El Museo Nacional de San Carlos alberga Los mundos de Germán Gedovius

La muestra da cuenta de dos de los universos más cautivantes del artista: paisaje y retratos, dijo Carmen Gaitán, directora del recinto

Fue maestro de Ángel Zárraga y Diego Rivera

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Aspecto de la exposición Los mundos de Germán Gedovius, que hoy se abre al público en el recinto ubicado en Puente de Alvarado 50, colonia TabacaleraFoto José Antonio López
 
Periódico La Jornada
Sábado 11 de noviembre de 2017, p. 5

Rendir homenaje a Germán Gedovius (1867-1937) y conmemorar al artista por 150 años de su natalicio y 80 de su fallecimiento, hoy se inaugura a las 12:30 horas, en el Museo Nacional de San Carlos, una retrospectiva sobre uno de los exponentes del arte mexicano de finales del siglo XIX y principios del XX.

Los mundos de Germán Gedovius propone un recorrido por el quehacer del maestro del claroscuro, quien tuvo de alumnos a Ángel Zárraga, Diego Rivera y Francisco Goitia.

La muestra reúne 43 obras, 36 son del pintor, de las cuales 19 pertenecen a la colección del Museo Nacional de San Carlos, y las restantes son de acervos privados. Da cuenta de dos de los universos más cautivantes del artista, explicaron Carmen Gaitán, directora del museo, y la curadora, Jazmín Mondragón.

Por una parte, se encuentran los paisajes y pinturas de interiores. Obras que reflejan la desolación y el abandono del país durante y después de la lucha armada de 1910.

El otro mundo de Gedovius se centra en los retratos que realizó a algunos de los personajes más relevantes que incidieron en su carrera artística y sus mecenas, así como algunos retratos femeninos, los cuales dotó de un vínculo estético relacionado con la esencia, sustancia y creación de la naturaleza.

De padre alemán y madre mexicana, Gedovius nació con sordera congénita, por lo que comenzó a dibujar para poder comunicarse. Su sordera lo llevó a una introspección muy particular, la cual se puede palpar en sus obras, dijo Gaitán. En esas obras se refleja un sentimiento de soledad y comprensión de los elementos exteriores.

Al ver sus aptitudes para el arte, su familia lo inscribió en la Academia de San Carlos en 1882; ahí permaneció cinco meses. Posteriormente viajó a Alemania para recibir tratamiento para su enfermedad. A los 15 años lo operaron y logró escuchar un poco y hablar de manera entrecortada.

Aprendió la lengua germánica y a pintar dentro de la estética alemana al estudiar en la Academia de Pintura de Munich. Su estancia en esas tierras le permitió recibir una formación más tradicional y académica, estudió con fascinación a los maestros barrocos y su admiración por la pintura flamenca y holandesa le hizo tener predilección por las bellas superficies trabajadas a la manera antigua, elementos visibles en la mayoría de sus obras.

Regresó a México en 1893 y dio a conocer su obra en la vigesimotercera Exposición de la Academia de San Carlos (1898), recibiendo buena crítica. Colaboró ilustrando diversos números en la Revista Moderna, pero fue hasta 1903 cuando inició su etapa más relevante al ser nombrado maestro de pintura de claroscuro en la ahora Escuela Nacional de Bellas Artes, con la dirección de Antonio Rivas Mercado. Entre sus alumnos también estaban Saturnino Herrán, Ignacio Rosas y José Clemente Orozco.

Gedovius, al tiempo que impartía clases en la academia, abrió un estudio de pintura en la colonia Roma. En esa escuela se dedicó a la formación artística de señoritas de buenas familias, entre cuyas alumnas sobresalía Pilar Calvo, pintora de quien el Museo Nacional de San Carlos conserva dos obras, incluidas en la muestra.

Respecto de la estética de Germán Genovius, explicó la curadora Jazmín Mondragón, al ser sordo tenía problemas en torno a la abstracción, por lo que era más figurativo. A través de sus composiciones creó el buen gusto de la burguesía de la época. Su estética es ecléctica. Sus temas eran renacentistas, pero sus pinceladas son muy impresionistas, es decir, la pintura no se mezclaba en la paleta sino en el lienzo. Eso es lo que Gedovius aportó al arte mexicano.

Paisajes europeos

La exposición da la bienvenida al público con un extraordinario autorretrato del pintor. Luego, en un primer apartado, se aprecian varios paisajes europeos: campiñas alemanas, cabañas y bodegones.

En las dos próximas se salas se puede admirar sus dos grandes vertientes: retratos femeninos y paisajes mexicanos.

Con este homenaje y conmemoración, destacó Gaitán, se pretende traer al presente el nombre de Gedovius y exaltar sus aportaciones y papel de formador de artistas, así como recordar que maestro y alumnos lograron forjar una de las etapas más importantes y productivas dentro del arte del México de principios del siglo XX.

Los mundos de Germán Gedovius, en el Museo Nacional de San Carlos (Puente de Alvarado 50, colonia Tabacalera), concluirá el 25 de marzo de 2018.