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La mexicana defenderá su título gallo ante la alemana el 11 de noviembre en Irapuato

La biografía de Alesia Graf exige respeto y trato de campeona, afirma Barby Juárez

Una veterana como ella inspira, no como las chavitas que creen que están inventando el boxeo

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Mariana Juárez, a sus 37 años, asegura que se encuentra en la cima de sus facultades boxísticasFoto Jam Media
 
Periódico La Jornada
Miércoles 1º de noviembre de 2017, p. a12

Mariana Barby Juárez enfrentará en menos de dos semanas a una boxeadora que es como su reflejo, la alemana Alesia Graf. Ambas peleadoras con larga trayectoria, misma edad, 37 años, pioneras en el boxeo de mujeres y con un puñado de rivales comunes. Las dos tuvieron que abrirse camino en un deporte que se asumía exclusivamente masculino, hasta que llegaron peleadoras como ellas.

Esta será la segunda defen- sa del campeonato mundial gallo del Consjeo Mundial de Boxeo que la Barby ganó en abril en el Zócalo de la Ciudad de México, pero la biografía de ambas –concede Mariana– le da un matiz significativo a este combate programado para el 11 de noviembre en Irapuato.

Voy con más respeto y cuidado por la amplia experiencia de Alesia, reconoce Mariana; una veterana como ella inspira más precaución que pelear con chavitas que piensan que están inventando el boxeo.

Alesia arrastra una derrota reciente, pero en su historial tiene victorias sobre peleadoras mexicanas, durante una época en la que Alesia fue una de las mejores exponentes del boxeo de mujeres en Europa.

La biografía de Alesia exige un trato como de campeona, aunque ella sea la retadora, expone Juárez; además son peleadoras que saben cómo manejar una pelea, que no se intimidan si pelean fuera de casa o si van perdiendo.

Mariana transmite una especie de orgullo de que ambas peleadoras disputen un título mundial –una como monarca; la otra como retadora– a una edad en la que están en plenitud de sus facultades como boxeadoras. Somos dos peleadoras con prestigio construido con años de trabajo, a una edad en la que los hombres están cerca del retiro o empieza su declive deportivo. Eso habla de la seriedad y resistencia que tenemos las mujeres en el boxeo, lo que nos da una mayor vida activa.

Después de una etapa difícil, por una lesión en la mano que –asegura– le produjo inseguridad y miedo, y un desempeño dudoso e irregular, Mariana siente que está en la cima de sus facultades como boxeadora.

Me costó trabajo levantarme, recuperar seguridad y volver a ser campeona del mundo, sostiene; esta pelea tiene todos esos ingredientes y, ahora como peleadora con experiencia, quiero seguir cosechando triunfos.