Opinión
Ver día anteriorSábado 28 de octubre de 2017Ver día siguienteEdiciones anteriores
Servicio Sindicado RSS
Dixio
 
Jazz

8 Festival Internacional Jazzuv

P

or razones que aún flotan en el aire, pero tan ciertas e incuestionables como el aire, llegar a Xalapa siempre ha sido como llegar a la tierra prometida. Ya fuera que tus quehaceres o quereres estuvieran en el arte y la cultura, o que sólo tuvieras un pendiente en la capital veracruzana, el desenlace era inevitable: la ciudad te atrapaba.

Aunque ya en el pasado medio siglo el jazz ha atrapado a la ciudad con cuatro grandes hitos: la llegada de los grupos ThNB y Orbis Tertius (1969 y 1971), la aparición del Jazzfest (1997) y el surgimiento de Jazzuv (2008). Y en todos ellos, en menor o mayor grado, la mano de la Universidad Veracruzana. Toda una historia por contar.

Pero regresando al futuro, la semana del 24 al 29 de octubre se lleva a cabo la octava edición del Festival Internacional Jazzuv con una cartelera por demás atractiva: Donald Harrison Quintet, Michael Dease Quintet, Ned & Constance Sublette, el Quinteto de Martha Gómez, Gentiane MG Trio, Henry Cole, The New Niu Jazz Ensemble, el Cuarteto de Víctor Mendoza, el Trío de Édgar Dorantes, el Trío de Alex Mercado, Abraham Díaz & Tétragon, el Quinteto de Roberto Sánchez-Picasso, Adal Pérez Cuarteto, Jazz House Collective, Zenda y la Big Band Jazzuv. Todos los detalles, en www.uv.mx/jazzuv.

El Centro de Estudios de Jazz de la Universidad Veracruzana (Jazzuv) surge en 2008 a iniciativa del maestro Édgar Dorantes (pianista virtuoso y cordobés) y de inmediato se convierte en un referente obligado del jazz nacional. Es uno de los tres centros que han oficializado la Licenciatura en Jazz en nuestro país (en Tuxtla Gutiérrez y Ciudad de México están los otros dos) y su madurez conceptual ha crecido exponencialmente.

Después de Édgar Dorantes, la coordinación general de Jazzuv estuvo en manos de Miguel Cruz, percusionista de excepción con sólidos reconocimientos a escala mundial, quien tuvo que elegir entre la academia y los múltiples llamados a tocar en todos lados. Tras la renuncia de Miguel, llegó Jordi Albert, trompetista español que puso especial atención en la apertura de la educación de los niños (el programa infantil se canceló con su salida). El siguiente coordinador fue el maestro Enrique Velasco del Valle, instrumentista clásico de amplísima experiencia pedagógica y administrativa, pero totalmente ajeno al mundo del jazz.

Finalmente, Rafael Alcalá, maestro egresado de Berklee, que trabajaba en Jazzuv como profesor de piano y ensamble desde 2012, además de coordinar la Academia de Lenguaje Musical, llega a la coordinación general de la escuela. A él le preguntamos en qué punto se encuentra Jazzuv actualmente.

Estamos en un punto donde el estudiante, con nuestra plantilla docente, tiene acceso a una educación multicultural, donde hay varios países representados. Hay 25 estados en una comunidad con 232 alumnos. Tenemos más de 140 actividades anuales y un festival internacional bianual.

Alcalá hace hincapié en el tema pedagógico: “Cuando esto inició, bajo la tutela del maestro Édgar Dorantes, tenía la filosofía de mantener la tradición del jazz en la esencia que conocemos, la estadunidense. Así se inició, y gracias a eso es que llegó muy lejos el Festival Jazzuv.

En cuestión académica sí había mucho más soltura; la escuela no estaba tan acotada a programas de estudio, a la aplicación de sistemas de evaluación ni a los estándares de calidad de otras instituciones educativas y demás. Ahora ya pasamos esa parte, la esta institucionalización, entre comillas, de la escuela, y estamos listos. De hecho, en tres meses vamos a llevar a cabo la evaluación de nuestro programa educativo ante Caesa, órgano de la Secretaría de Educación Pública que certifica la calidad de los programas en las artes a nivel superior.

–En todo el país se habla de este Centro de Estudios de Jazz, y con alumnos de 25 estados que llegan con sus propios bagajes culturales y con las músicas tradicionales de los muchos Méxicos que es México. Me imagino que aquí estarán surgiendo cosas de veras interesantes.

–Sí, por supuesto. Tenemos esa… bueno, tratamos de evitar la palabra fusión. Pero sí es un sincretismo, porque va más allá de pensarlo técnicamente; es decir, utilizo la música del son jarocho y le voy a poner influencia del jazz. No lo vemos como dos cosas diferentes; son las raíces compartidas que tenemos como latinoamericanos, que ya venimos de un sincretismo cultural indígena, africano y europeo.

Y todo esto sí es compatible con esas raíces que se dieron en el sur de Estados Unidos, donde se dio el jazz. Geográficamente estamos cerca de donde surgió todo este intercambio de cultura. Ahorita el propósito de esta coordinación es ver esas similitudes, explorar nuestras propias raíces, conocer nuestra identidad, fortalecerla, para que entonces podamos partir desde un sonido propio y analizar el jazz como una plataforma que nos brinda mayor amplitud, y que se puede mezclar con otras raíces y otras culturas y otros sonidos.

Salud.