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El riesgo es que los militantes no se sientan representados y provoquen la derrota, advierte

Sería una afrenta que el tricolor eligiera a un candidato no priísta: Ivonne Ortega

La ex gobernadora subraya que no estamos en 1980 para que una designación presidencial impida que los miembros del PRI decidan por sí mismos

Aspira a llegar a Los Pinos y no tiene plan B

 
Periódico La Jornada
Miércoles 25 de octubre de 2017, p. 15

El Partido Revolucionario Institucional (PRI) no resiste un candidato presidencial impuesto, sin el respaldo de su militancia y, en este sentido, sería una afrenta que el abanderado de este partido no sea priísta, advirtió Ivonne Ortega Pacheco, ex gobernadora de Yucatán, aspirante a la candidatura presidencial por el tricolor.

Si saliera un (candidato externo) ciudadano y ganara la elección (interna), ¿con qué motivación va a salir un militante a ponderar a su candidato, al cargo que fuera, no sólo a la Presidencia de la República, si ni siquiera éste quiere registrarse como un militante? Imagínate si estarían motivados a ir a tocar la puerta (para pedir el voto en favor de alguien) que se avergüenza de la militancia priísta, dijo a La Jornada.

Argumentó que el PRI tiene muchos cuadros de dónde puede escoger.

El principal riesgo para el tricolor el año próximo, subraya, es que los militantes no se sientan representados y provoquen la derrota.

“Llámese como se llame el candidato. Yo misma, si la militancia no se siente representada conmigo, corro el mismo riesgo.

“No lo estoy diciendo como una amenaza, ya se ha demostrado que los militantes dicen: ‘si no me escuchas, si no me haces partícipe de las decisiones, ya no sólo no soy capaz de acompañarte en el proceso electoral sino soy capaz de darte la espalda’. Ahí están los casos de Quintana Roo, Durango o Tamaulipas, estados donde nunca habíamos perdido y, por no escuchar lo que los militantes dijeron, nos dieron la espalda y nos hicieron perder”, señaló.

–¿Qué opina del proceso interno de su partido?, cuyo método de elección será la convención de delegados, aunque hay quien opina que predominará la decisión del presidente Enrique Peña Nieto.

–Es parte de la tradición que se ha manejado siempre en el PRI. Antes se decía que el Presidente era el gran dedo elector o el que dejaba a su sucesor, pero no tenía un lugar real en el partido sino fáctico. Hoy el Presidente de la República tiene un lugar y, por supuesto, es el primer priísta del país; entonces, su voz cuenta, pero los integrantes de la comisión política permanente o del consejo político permanente pueden tener la misma fuerza, la misma cantidad, la voz de cada uno de ellos.

–¿Resiste el PRI una designación presidencial, para nombrar a su sucesor?

–Estamos en una época diferente, tendríamos que verlo en el proceso electoral, pero lo que yo he escuchado en los recorridos y he platicado con la gente es una condición diferente: ya no estamos en el México de 2000 y menos en el de 1980. Estamos en el México del siglo XXI en el cual no están dispuestos a que nadie decida por ellos. Los militantes, los mexicanos, quieren decidir por sí mismos.

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Ivonne Ortega Pacheco recordó que en Quintana Roo, Durango y Tamaulipas el PRI sufrió derrotas electorales por no escuchar a los militantesFoto Yazmín Ortega Cortés

–¿Al PRI no le haría falta entonces un candidato externo, no militante, para que lo salve en 2018?

–No, al contrario (…) Ahí está Quintana Roo, (Carlos Joaquín) se fue al PAN-PRD. Por tanto, (en el PRI) le dimos un gobernador al PAN-PRD. Y lo mismo ocurrió en otros estados.

Desde enero pasado, Ortega Pacheco se separó de la curul que ocupaba en la Cámara de Diputados para buscar la postulación presidencial. Son ya 10 meses de campaña interna, desde una posición opositora a la estrategia del mismo partido que dirigió, desde la secretaria general, de diciembre de 2012 a agosto de 2015, junto con César Camacho Quiroz.

Ahora asegura que son millones que buscan un cambio en la política económica y social y, en particular, en la manera de elegir a los candidatos.

Ortega estudia la reciente reforma al reglamento de elecciones, donde el consejo político avaló que un candidato simpatizante no tiene la obligación de afiliarse al tricolor.

La ex gobernadora argumenta que el mandato de la asamblea de agosto pasado fue piso parejo para todos los aspirantes, de ahí que si un externo gana la postulación debe afiliarse al PRI.

En cuanto a sus posibles opositores, en la pre campaña del PRI, advierte que ya son litros de tinta los utilizados para hablar del secretario de Hacienda como el supuesto candidato externo del priísmo, pero lo cierto es que al que le deben preguntar es a él: ¿quiere ser candidato? ¿por qué partido?, porque ni militante es. La tercera pregunta es si renunciará a su cargo, porque el es el responsable de la reconstrucción de los efectos de los sismos de septiembre. Si su aspiración es más grande que su compromiso actual, entonces que renuncie a su cargo y deje de utilizar recursos públicos para promocionar su imagen.

Entonces, que salga a la competencia para que la militancia lo pueda conocer y sentir y lo pueda adoptar como suyo, si considera jugar con el PRI.

Ortega es sobrina del ex gobernador de Yucatán Víctor Cervera Pacheco y, en cada oportunidad que se le presenta, afirma que construyó su carrera incluso con la oposición de su tío. Fue presidenta municipal de su natal Dzemul y luego legisladora.

–Si no gana la interna, ¿apoyará al que postule su partido?

–Nunca pienso en un plan B y me ha dado resultado. Siempre que me he anotado, he llegado. Esta no es la excepción; mi idea es ganar la interna, la constitucional y cambiar las cosas en el país.