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S/19: El dolor y la esperanza

Hace 20 días que el líquido sólo llega en pipas, insuficientes para 440 mil habitantes

Con 3 mil 800 casas dañadas por sismo, la falta de agua es la peor crisis en Xochimilco
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La delegación Xochimilco está a la espera de los dictámenes de los directores de obra para proceder al derribo o reparación de las 3 mil 800 viviendas afectadas por el temblor del 19 de septiembreFoto Notimex
 
Periódico La Jornada
Domingo 8 de octubre de 2017, p. 10

Xochimilco enfrenta la peor crisis hídrica de su historia, a causa del sismo del 19 de septiembre, afirmó el jefe delegacional Avelino Méndez.

A las 3 mil 800 viviendas que quedaron dañadas por el movimiento telúrico, de las cuales 30 por ciento deberán ser demolidas por tener daños estructurales, se suma la falta de agua padecida desde hace 20 días por la mayor parte de los 440 mil habitantes de la demarcación.

Los primeros tres días la carencia fue ocasionada por el corte en el suministro de energía eléctrica, debido a la afectación de líneas, transformadores y postes, lo que impidió operar los más de 70 pozos que abastecen del líquido a la delegación.

La constante aparición de fugas –que hasta el primero de octubre sumaban 153– y ocho fracturas en el acueducto, principalmente en San Gregorio Atlapulco y Santa Cruz Acalpixca, ha llevado a las autoridades a plantear la sustitución de su red hidráulica.

Tras pasar 20 días del terremoto, explica, se ha logrado atender parte de la demanda de agua de los habitantes, pero el desabasto continúa en San Gregorio, San Luis Tlaxialtemanco, Santa Cruz Acalpixca, Santa María Nativi-tas y los 17 barrios del centro de Xochimilco.

Dicha situación ha derivado en protestas vecinales, pues las 2 mil 174 pipas enviadas, un promedio de 200 por día con 10 mil litros de agua cada una es insuficiente mientras se trabaja en restablecer el servicio con el Sistema de Agua de la Ciudad de México.

Los daños en la planta de tratamiento Cerro de la Estrella y siete fracturas en la red de conducción que surte a los canales de la demarcación provocaron que el nivel de agua estuviera 10 centímetros por debajo de lo normal, lo cual ya se revirtió. No así la llegada de turistas en la zona de Caltongo y Nativitas, que registra una caída de 70 por ciento y afecta principalmente a los trabajadores del embarcadero de Zacapa, donde dejaron de trabajar por la formación de un socavón.

Hace unos meses, comentó, en la carretera Tulyehualco-Xochimilco se abrió una oquedad, que con el sismo de 7.1 se amplió y la vialidad de 300 metros tuvo que cerrarse por un deslizamiento de una ladera.

Se trata de una avenida de cuatro carriles, que junto con la Nuevo León, donde se sustituye el drenaje, son las únicas vías de comunicación que tenemos, por lo que estamos semiincomunicados, toda vez que también Tláhuac está afectada.

Por otra parte, se tiene una grieta de un kilómetro de largo en terrenos ejidales de San Gregorio Atlapulco y cuatro fracturas en el camino denominado La Brecha, en San Luis Tlaxialtemanc; a lo que se suman 3 mil 800 viviendas fracturadas, de las cuales alrededor de mil 140 deben demolerse por los daños estructurales.

La Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda y el Instituto de Seguridad para las Construcciones, sin embargo, no han enviado a los directores responsables de obra para elaborar los dictámenes y proceder a su derribo o reparación, según el caso, señala.

De acuerdo con un informe de la dirección de obras y desarrollo urbano, en tres puntos se concentra el mayor número de inmuebles afectados: San Gregorio, con mil 3179; Santa Cruz, 556, y San Luis, 345.

En la Unidad Habitacional Rincón del Sur se tienen 30 viviendas dañadas; en la Unidad Popular Nueva Tenochtitlán, 40 departamentos, al igual que en la Unidad Nativitas.

Los habitantes de todos estos inmuebles han tenido que ir a vivir con familiares, dentro de las áreas libres de sus casas o lugares cercanos, para evitar actos de rapiña, en espera de contar con los dictámenes estructurales, que son ahorita un cuello de botella para actuar, asegura.

El número de damnificados es de alrededor de 30 mil, que en muchos casos carecen de escrituras, porque la ocupación de los terrenos se realiza por usos y costumbres, lo cual debe considerarse por las autoridades centrales y federales en la entrega de apoyos.

A diferencia de Cuauhtémoc, donde se concentró el mayor número de decesos, tuvimos 10, pero una sola vida es muy importante, destaca el funcionario.

Un total de 13 iglesias de la época colonial también resultaron afectadas en bardas, arcos y campanario, dejando de dar servicio hasta que el Instituto Nacional de Antropología e Historia realice peritajes y determine las labores a realizar, pues están catalogadas.