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La suerte no existe aquí
Y

a terminada la temida temporada de verano, ahora los estrenos atractivos se hacen más comunes en nuestra cartelera. Sin embargo, sucede un fenómeno indeseable: al mismo tiempo que los blockbusters taquilleros se estrenan otros títulos que, por no ser de superhéroes o no ostentar estrellas en sus créditos, tienden a durar muy poco en exhibición. Eso sucedió hace un mes con La estafa de los Logan, de Steven Soderbergh. Y ahora puede repetirse con Muerte misteriosa, segundo largometraje como realizador del guionista Taylor Sheridan.

Elogiado por sus guiones de Sicario (Denis Villeneuve, 2015) y Enemigo de todos (David Mackenzie, 2016), Sheridan muestra en su segundo esfuerzo –el primero, llamado Vile (2011) no lo ha visto nadie que yo sepa– dotes nada despreciables como director. En este caso, el autor sitúa la acción en las montañas nevadas de Wyoming para narrar una investigación policiaca. Una chica india llamada Natalie (Kelsey Asbille) aparece muerta en la intemperie y es hallada por el cazador Cory Lambert (Jeremy Renner, canalizando el carácter duro y taciturno de un Robert Mitchum). Como la chica está descalza y muestra signos de violencia, se llama a una agente del FBI, la joven Jane Banner (Elizabeth Olsen) a la investigación. La autopsia revela que Natalie fue violada y murió de hemorragia pulmonar al estar expuesta al frío intenso.

Aunque Lambert no es un oficial, sino que se dedica a la caza de animales depredadores que atacan al ganado local, acepta ayudar a la novata Banner, quien es vista con desdén por el jefe de policía (el veterano Graham Greene) por ser una joven y bonita. La agente pronto comprueba que hay tensiones raciales en la reserva de Wind River (título original), pues los nativos americanos viven en condiciones de clara desventaja. En la interrogación de un par de malvivientes indios surge la primera pista que ayudará a resolver el caso. Lambert tiene además una motivación existencial para colaborar en la investigación, pues su hija adolescente y mestiza desapareció en circunstancias igualmente misteriosas.

Como en su guión de Enemigo de todos, Sheridan ensaya el western moderno a la par del thriller policiaco. Y como en todo western que se respete, el paisaje desempeña un papel definitivo en el desarrollo de las acciones. Así como el frío y la nieve han sido la causa de la muerte de la víctima, también influyen en el carácter de los personajes. La agente Banner tendrá que ponerse varias capas de vestimenta para resistir las bajas temperaturas, en un proceso de aprendizaje por el cual acabará demostrando que es toda una guerrera. Por otra parte, la naturaleza agreste de la montaña ha sido determinante en la desesperación de los personajes más vulnerables.

Sheridan resiste a la moda de plantear una inesperada vuelta de tuerca en el último acto. La averiguación conduce a los culpables más evidentes y se acabó. Un encuentro de violencia será inevitable dentro del código genérico, situación que el cineasta resuelve de manera pronta y sin miramientos. La muerte violenta sucede de manera fulminante, como sucede en la vida real. Y no faltará un castigo ejemplar como último acto de venganza.

Un letrero final señala qué tan cotidiano es el racismo estadunidense. Según éste, la desaparición de mujeres nativoamericanas no es tomada en cuenta, ni figura en estadística alguna. Dicho letrero explica el porqué de muchas acciones de la película. Muerte misteriosa es un eficaz thriller/western nevado, cuyo contexto resulta mucho más relevante de lo que aparenta.

Muerte misteriosa

(Wind River)

D y G: Taylor Sheridan/ F. en C: Ben Richardson/ M: Nick Cave, Warren Ellis/ Ed: Gary D. Roach/ Con: Jeremy Renner, Elizabeth Olsen, Graham Greene, Gil Birmingham, Jon Bernthal/ P: Acacia Film Entertainment, Film 44, Ingenious Media, Thunder Road Pictures. EU, 2017.

Twitter: @walyder