Washington.

El Senado de Estados Unidos aprobó este jueves la propuesta del presidente Donald Trump de nombrar a Randal Quarles como gobernador de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) encargado de la supervisión de los bancos.

Quarles, de 60 años, fue subsecretario del Tesoro del presidente George W. Bush. Luego y hasta ahora dirigía un fondo de inversiones.

Tras su confirmación por el Senado, integrará el Comité de política monetaria de la Fed (Fomc). También será vicepresidente del directorio de la Fed encargado de la reglamentación bancaria, la cual Trump quiere eliminar tras ser instaurada tras la crisis de 2008.

Ese cargo fue creado en 2010 pero nunca fue llenado. De facto lo ocupaba un gobernador de la Fed que renunció en febrero.

Critico de la reglamentación a las entidades financieras

Quarles ha sido muy crítico de las normas impuestas a las entidades financieras, especialmente a las consideradas demasiado grandes como para quebrar.

En 2016 escribió en el diario The Wall Street Journal que las reglamentaciones implican, en los hechos, un encarecimiento del costo de los créditos.

Por otro lado, la Cámara de Representantes votó para adoptar un proyecto de presupuesto 2018 que contiene una herramienta legislativa que permite a los republicanos aprobar una ley impositiva con mayoría simple en el Senado, donde cuentan con 52 de los 100 escaños.

Aprobar el presupuesto en la Cámara de Representantes y en el Senado preparará el terreno para la aprobación de la reforma tributaria, ya que facilitará la aprobación de mociones relativas que no pueden ser bloqueadas por los demócratas en el Senado. Los republicanos emplearon esa misma táctica en su fallido intento por derogar la reforma de salud aprobada bajo el gobierno anterior.

En momentos en que los republicanos buscan que la Cámara de Representantes apruebe un presupuesto de 4.1 billones de dólares, su enfoque el jueves era reducir los impuestos a como dé lugar, en lugar de un plan más amplio para aminorar el déficit presupuestario.

El presupuesto analizado en la cámara baja prevé recortes drásticos a los programas de asistencia social y a las cuentas de las dependencias públicas, pero su verdadero objetivo es servir de antesala a una reforma del sistema de impuestos. La reforma es la máxima prioridad política de los republicanos y un antiguo anhelo de dirigentes como el presidente de esa cámara Paul Ryan.

El plan contempla recortes por más de 5 billones de dólares en la década siguiente, incluso la idea de convertir al programa gubernamental de asistencia médica para los ancianos Medicare en un programa a base de cupones y quitarle un billón de dólares al programa de asistencia médica para los pobres o discapacitados.